No es un casco espacial pero comparte alguna de sus funciones. Mantiene el aire limpio de virus pero, además, nos permite rascarnos la cara o colocarnos las gafas. Todo gracias a la incorporación de un guante de plástico que deja introducir la mano pero mantiene el casco totalmente sellado.


Una función similar a la que también incorpora en la parte superior de la cabeza. Lleva incluso un tubo conectado a un compartimento para poder ingerir algún tipo de refrigerio o alimento. La única pega de este invento de tres estudiantes vietnamitas es lo aparatoso que resulta.

Pero la idea ya ha gustado a una de las mayores empresas del país, que ha llegdo a un acuerdo con ellos para producir en masa la versión final del casco

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