Las cebollas acompañan muchos de nuestros platos. Nos encanta combinarla en salsas, carnes, con otras verduras… Y no solo se trata de un comensal imprescindible en cualquier mesa de cualquier país, la cebolla, o Allium cepa, es una fuente increíble de vitaminas B3, B6, C, E, múltiples minerales como el potasio, magnesio, calcio…y lo que es aún mejor, se alza como una poderosa defensa frente a hongos y bacterias.
Antiinflamatorias, antialergénicas, antidiabéticas, protegen nuestro corazón, previenen la osteoporosis y cómo no… también nos hacen llorar.
Unas moléculas llamadas Syn-propanotial-S-óxido, procedentes de un tipo de aminoácidos, son las responsables. Se trata de un tipo de aceites volátiles que se desprenden en el momento en que cortamos su piel, un tipo de ácidos muy incisivos y corrosivos que impactan de lleno en nuestros ojos desencadenando las lágrimas.
Syn-propanotial-S-óxido
Son nuestras terminaciones nerviosas de la córnea quienes detectan esta traviesa sustancia defendiéndose de ella con las necesitadas lágrimas. De no hacerlo, de no llorar, nuestros ojos quedarían totalmente irritados. El punto álgido de su poder corrosivo, llega exactamente a los 30 segundos tras haber realizado el primer corte de la cebolla.
Remedios tradicionales para evitar llorar al cortar una cebolla
-Deja la cebolla unos 20 minutos en la nevera, según dicen, de este modo se reducen los vapores sulfúricos.
-La raíz de la cebolla es donde se concentra la mayor intensidad de los ácidos. Intenta cortar esta parte en el último momento.
-Pelar la cebolla debajo del agua.
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