Blasco Ibáñez nos reveló una historia sobre un peligroso dragón en Valencia. Se dice que en la Edad Media este animal fabuloso vivía en la Albufera de Valencia y recorría el río Turia en busca de víctimas. El dragón consiguió devorar a varias personas y nadie sabía como acabar con esta pesadilla.
Un día, un preso sentenciado a muerte manifestó que acabaría con la vida de la bestia a cambio de su libertad. La ciudadanía, desesperada, aceptó aquel trato. El reo ideó un astuto plan para luchar contra el dragón. El hombre fabricó una brillante armadura en la que, incluso, encajó algunos espejos. Una mañana con el sol en su posición más alta, el preso ataviado con su armadura, caminó por los alrededores de la Albufera de Valencia hasta que, de repente, un dragón salió de las aguas. Cuando aquel animal intentó atacar al reo, el resplandor de la armadura lo deslumbró. El preso no dudó en aprovechar la oportunidad y abatir a la bestia de una estocada. Instantes después, el dragón cayó al suelo sin vida. El preso se ganó su libertad y los vecinos volvieron a dormir tranquilos.
Por otra parte, se cree que este relato deriva de una historia oficial; el virrey del Perú, le regaló un caimán a Juan de Ribera, arzobispo de Valencia, en el año 1600. Hoy el animal está disecado y ubicado en la Iglesia del Real Colegio del Corpus Christi de la ciudad de Valencia. Se decidió colgarlo allí como símbolo de silencio, ya que el caimán no tenía lengua.

¿Conocías esta historia? ¿Cómo crees que un hecho real puede transformase en cuento de leyenda?