José Fernández está dispuesto a vender las acciones que posee del Sporting. Es la respuesta que el máximo accionista del club quiere trasladar a los aficionados críticos con su gestión y que le piden la salida del club gijonés.
En la pasada junta general de accionistas, Javier Fernández, hijo del máximo accionista, ya expuso esta idea en el momento de su incorporación al consejo de administración. Ahora, después de la derrota de Las Palmas, que provocó una reacción de protesta en contra del consejo y del máximo accionista por parte de un grupo de aficionados, el hijo del máximo accionista del club gijonés reiteró la disposición de la familia Fernández de vender sus acciones si «llega una oferta seria y solvente». Asimismo, el consejero puntualizó que «nunca llegó una oferta» para comprar las acciones que adquirió su padre en varias fases de historia del Sporting en su etapa de Sociedad Anónima Deportiva (SAD).
En otras épocas, Fernández condicionaba las ofertas a gente de Gijón, pero ahora ya no es un requisito fundamental.
José Fernández adquirió un paquete de acciones por valor de 72.000 euros cuando el club se transformó en SAD en 1992. Posteriormente, en el segundo semestre de 1994, compró títulos de otros accionistas, incluido un paquete de unos 240.000 euros que había adquirido el Ayuntamiento. Con el control mayoritario se hizo con la presidencia.
Fernández aumentó su patrimonio con los títulos de los exconsejeros Florentino Fano, Luis Mitre, Pedro Morán y Alejandro Fernández-Nespral Baragaño, para asumir un embargo por un crédito de sus etapas de dirigentes. También adquirió los títulos de la empresa Tapia Sport, vinculados al fallecido Antonio Asensio a través de Bahía. Esta operación ya se hizo a través de la empresa Por el futuro y la estabilidad del club, S. L.
Tras iniciarse el proceso concursal, Fernández capitalizó en acciones parte de la deuda que el club tenía con él por dinero que puso a través de diversas operaciones de préstamo. En la actualidad, el principal accionista posee más de la mitad del capital social del Sporting, aunque una parte está a través de diversas sociedades.
José Fernández, que dejó la presidencia del club en 1998, cuando el Sporting estaba a punto de descender, respaldó con su capital a los consejos de administración que llevaron los destinos de la sociedad. Primero fue Ángel García Flórez, a quien sucedió el polémico Germán Ojeda, para ocupar luego la cabeza visible de la cúpula directiva Juan Arango, uno de los hombres de confianza de sus empresas. La etapa también fue tensa, hasta la llegada de Vega-Arango.
La tensión social volvió a complicarse esta temporada con la trayectoria del equipo, al no poder clasificarse par jugar el 'play off' de ascenso, después de que el descenso de la campaña anterior creara desencanto en la masa social.
La única propuesta que se conoce para adquirir las acciones de José Fernández fue una que presentó en 2003 Dimitri Pitterman, quien mantuvo al menos una reunión con el propio Fernández en su domicilio de Somió. El empresario ruso quería hacer una prueba de seis meses con la cesión de las acciones, para devolverlas si no le salía bien la operación, lo que fue desestimado por el máximo accionista rojiblanco.
En la actualidad, además de la mayoría del capital social, José Fernández también es acreedor del Sporting, por diversas cantidades anticipadas en momentos de falta de liquidez, aunque no en épocas recientes. El máximo accionista no hace una valoración, ni pone precio a sus acciones. Mantiene su respaldo en el actual consejo, salvo que llegue una oferta, con condiciona que sea «seria y solvente».