Iniciado por
Jaldre Aí
toda la razón??? no se que coca esnifareis por ahí pero la coca con un grado de pureza moderado tirando a notable, no te produce ansiedad alguna. A no ser que seas un ansioso, que eso es harina de otro costal. Os contaré como la dejé yo.
Yo dejé la coca un día que venia de un bolo en un garito, llegué a casa y estaba mi mujer con el bombo a punto de explotar (era agosto y mi hijo nació en septiembre).
Eran las 7 de la mañana apenas, el bolo era en un garito mediano de una zona de copas otrora vívida y rumbosa, hoy extinta. Y no se hizo muy tarde ese día, los rayos de un tímido sol apenas asomaban por el horizonte dándole un tono azulado a todas las cosas, ahí estaba mi mujer, con mi engendro en su vientre, durmiendo plácidamente con sus pechos desnudos, gráciles e hinchados por la pre-lactancia.
Aquellos tonos y la paz que se respiraba en la habitación, suscitaron muchos sentimientos en mi interior. Me agaché para besarla y besar el enorme vientre hinchado donde habitaba mi engendro, ya totalmente formado y casi preparado para salir a conocer la puta vida de mierda que le hemos preparado entre todos...
Besé sus labios resecos y su enorme vientre, el gesto del beso a su vientre era una clara alegoría al beso de un padre a su hijo varón y las connotaciones afectivas que ello conlleva me hicieron empezar a sentir una presión muy fuerte en la zona baja abdominal, una presión casi insoportable. Me estaba meando.
Los 5 o 6 gints que me había cascado estaban pidiendo paso entre mi vejiga y mi uretra, así que me dispuse a ir al retrete para efectuar la micción aliviadora y correspondiente. Como yo orino y defeco sentado, me senté en el trono y empecé a compensar presiones entre vejigo-uretrales lanzando una generosa y sonora meada a una presión verdaderamente Karchersca.
En esos albores de placer y alivio mi cuerpo reaccionó emitiendo un lamido de bigote para agradecer a la madre naturaleza y al altísimo la sensación de bienestar que produce una buena meada, pero amigos, ahí vino el derrape mental que me haría dejar la cocaína por siempre jamás.
Mis labios al repasar uno a uno los pelos de mi D'artagnaesco bigotillo, arrastraron partículas de cocaína que esa misma noche había estado esnifando en el garito, mis papilas gustativas al rebañar mi lengua esos restos de mis labios, activaron algo en mí que a día de hoy no puedo explicar muy bien que fué pero el pensamiento siguiente, inmediato, fulminante y demoledor que paso por mi cabeza fué el siguiente:
JURO QUE MI HIJO JAMÁS NOTARÁ EL SABOR DE ESTOS LABIOS PÚTRIDOS Y LAMENTABLES.
Y así fué hamijos, hoy ese nonato que aparece en estas líneas tiene ya 12 años, y son exactamente 12 años y un mes los que no pruebo la cocaína. Lo más gracioso fueron las semanas venideras antes de dejar definitivamente el dj'ing profesional. Todos con cara de conejo de monte cuando le das las largas... como? que no te hacesya? y eso? blao blao blao... me llegaron a soplar una raya en la cara... pero si te la había pintado ya para ti.
Fuck you drugs, im stronger than you.