Por ponerte un ejemplo impresionante es la iglesia de Santa María la Real de Sasamón, provincia de Burgos en la comarca del Odra-Pisuerga. Se trata del templo más grande de la provincia detrás de la Catedral de Burgos y la iglesia de la Asunción de Melgar del Fernamental. Se trata de una espectacular iglesia gótica construída en la segunda mitad del siglo XIII en gótico radiante burgalés junto con su precioso claustro. Sasamón ya fue una población celta en el siglo I antes de cristo, llamaga Segisama o Segisamone. En el siglo I después de cristo siguió siendo habitada por el Imperio Romano debido a su cercanía con importantes vías, y el el siglo XI Sancho II la otorgaría sede catedralicia, aunque para el siglo XIII ya era parte del Obispado de Burgos. No obstante este hecho no quitó a la villa de Sasamón de amasar enormes riquezas como muchos otros pueblos de su comarca durante el renacimiento del siglo XIII, y se decidió construir esta magna obra al gusto francés. Vanos cegados, rosetones desaparecidos, pináculos y parapetos cercenados... Nos da una idea del estado en el que se encuentra.
Es una de las escasísimas muestras del gótico clasico rural que quedan en España. El estado es realmente ruinoso, se han llevado a cabo algunas restauraciones muy rústicas que aunque sacando del apuro al edificio de la ruina absoluta no dejan de ser un insulto al valor histórico de este edificio.
Una de las más visibles es la reparación de la tracería del vano inferior del precioso campanario de tracerías caladas con hormigón, digno de Pepe Gotera y Otilio. El resto de vanos sí que conservan la tracería original. La iglesia fue quemada por los franceses en la Guerra de Independencia y sufrió graves daños incluída la piedra caliza que en muchos puntos quedó perdida, sobre todo en la nave principal. Muchas de las bóvedas de crucería han sido rehechas con cemento
, pero era eso o nada, pues parece que al Estado le interesa más las paguitas de los morinegros que mantener su patrimonio en pue.
Su preciosa portada es una buena copia de la Portada del Sarmental burgalesa. Es un verdadero milagro que haya llegado en este estado por deplorable que sea, pues hasta no hace mucho carecía de cubiertas.