8 apellidos CASTELLANOS ¿ para cuándo la película?

Si se predica la aldea global, no tiene sentido que postulemos la pureza de la raza en base a un cierto número de ancestros con el mismo origen. Es una contradicción.

O todos moros o todos cristianos. Como dijo ese SABIO español llamado Federico JIMÉNEZ Losantos. De los pocos verdaderos entes con raciocinio que cambió de chaqueta pero para mejorar el vestuario...

En los comedores sociales, los moros son kaleborrokeros. Entre un vasco y un moro de pura cepa no hay diferencia: entidades vehementes, violentas, con nulo respeto por el orden, la paz, la armonía. Buscan la ostentación, la juventud y toda esa clase de cosas que con el tiempo se esfuman. En ocasiones la suerte nos trae un viento de vida y volvemos a ponernos el disfraz de la vitalidad. Que se mueran los viejos. Y al pobre español, hombre-fotocopia, humane mezcla de genotipos, verdadero mestizo producto de las pocas conciliaciones y coincidencias de pareceres, a ese pobre... ¡ que le den por culo!. Grande, España, grande...

Así las cosas, y en honor a ese gran actor que fué el mudito de los hermanos Marx, tal vez deberíamos constituir nuestra minoría silenciosa, título del libro de sus ideas, para ajusticiar a tanto jabibi. Desde la monarquía, cuyos genes tienden a la dilución étnica pero cuyos hábitos siguen siendo los propios de un pueblo de las arenas, hasta a los puñeteros kaleborrokeros con corbata y traje que son ciertos banqueritos del Norte que exigen al español el celoso pago de sus impuestos mientras ellos tienen tres y cuatro estómagos.

Nos sobra mucho cultureta rojo que se desempeña borde en la consulta médica pidiendo paso, igual que los moros en los comedores sociales ¡ sí! ¡ moros!... pasando de eufemismos. Ese es el tipo que luego proclama lo cosmofóbicos que somos. Pero que no aguantaría ni tres dias de presión en una cola de comedor social. Comedores en los que hay peterpanes de larga duración. Pero también currantes de toda una vida abandonados por un país cínico, insolidario con los propios y perdido en los miedos.

Yo no sirvo para iniciar una revolución en la sangre. Pero al menos aporreo teclas.

Ya tenemos la jabibimanía. España se ha estropeado igual que un café al que le añadieran azúcar, leche, nata, galletas y así tantas y tantas cosas que llegara un momento en el que ya no quedara café. Con la particularidad de que ciertos añadidos se llevan mejor que otros. Al sudamericano trabajador le consideramos huevón ( pero levanta negocios). Al moro encadilador por los jardines de palacio ( que en realidad es un nini deseando pillar paga de esa mafia que es trabajo social) lo consideramos una alternativa cultural. Nos escupimos a nosotros mismos.

No lo veo mal, pero tendría que rodarse la película en Valladolid. No le veo sentido a que la rodaran en Madrid, porque en Madrid todo el mundo, o bien ha nacido fuera de Madrid, o bien tiene padres nacidos fuera de Madrid