a la búsqueda de un segundo cogito ergo sum

cuando analizas chat GPT o programas de inteligencia artificial te das cuenta de que, pese a que están conseguidos, aquello dista mucho de ser una inteligencia en el sentido clásico del término, esto es: dotado de una consciencia verdadera. Por tanto no se nos ocurriría otorgarle la naturaleza de verdadero " pensador".

cuando se toma un patito de goma y se le da cuerda o se enciende el motor y se suelta en un lugar en donde hay otros patos, es posible que reaccionen como si el pato añadido fuese uno de ellos. El movimiento similar y el aspecto similar lo hacen todo. Aspecto más movimiento emulan vida. Pero para un observador humano aquello sería digno de risa. Ver como los tontos patos " creen" ( en la medida que un pato pueda creer, metáfora de " reaccionar", claro) estar en presencia de otro, extraño pero otro.

para un hipotético Dios, cogito ergo sum de los humanos sería lo mismo. Algo perfectamente digno de descojonamiento. Simplemente tenemos complejidad y entre todos hemos construído una idealización a la que hemos llamado consciencia. El dotar a chat GPT o similares de naturaleza de " inteligencia" es como considerar que el pato mecánico es un pato. Lo que tiene aspecto de algo y se mueve, tiende a hacernos considerarlo como tal. Es decir: el problema no es si la IA es inteligencia. El problema es si realmente existe la inteligencia o la consciencia. Sólo somos nuestra propia superstición. Sólo somos una simulación mediática. Una mentira sostenida entre todos. Una mentira para sostener un estatus. La prueba es que consideramos a los extranjeros como dotados de mejor rabo pero de peor cerebro. Todos tienen cerebro sólo que formateado de manera distinta. Pero la jodida cuestión es que, incluso teniendo rabo, ninguno de nosotros existe realmente al punto que queremos predicar con el idealismo de SOY.

Y el STATUS no es otra cosa mas que:
MAZADURA TATUADA
MIRAR A LOS PORTEROS DE DISCOTECA DE TU A TU
V8
GOLDEN CADENACAS
BUEN MUAY THAI