¿ A qué llamamos Filosofía?

Una cosa es reflexionar, otra expresar y otra filosofar. En los viejos tiempos existía la Filosofía Natural. Ahora parece que la Ciencia ha descargado al filósofo de todo lo que no sea reflexión sobre lo social. Pero la realidad es que la Filosofía sigue teniendo utilidad. Por ejemplo en Programación Avanzada. Para el tema del Software y su ingeniería. Cuando tiene cierta complejidad, es necesario saber claramente de qué estamos hablando. Dilucidar. Pongo un ejemplo: un Hospital británico, la noticia tiene ya su tiempo, propuso hace unos años un premio para aquel que pudiera desarrollar un software que permitiera determinar si un ingreso es realmente urgente, que vaya a tener una crisis grave, o puede esperar. Algo más que el simple protocolo de admisiones de carácter general. Cualquiera con lógica se da cuenta de que en la praxis médica de cada especialidad hay un sistema experto llamado médico que puede tener el instinto de saber cuando alguien va a tener un desarreglo orgánico merecedor de ingreso inmediato. Pero en modo alguno una fórmula general. Es la magia, o la ilusión de magia, del software. Un poco como lo de la bala mágica de los farmacéuticos. La que todo lo cura con precisión dando en la diana adecuada. Como se usa la informática para trabajar conocimientos, el paso siguiente es pensar que el oráculo es sólo cosa de tener el programa adecuado. El filósofo con su formación moderna en ciencias puede ayudar demostrando qué cosas estamos, y cuales no estamos, en realidad haciendo al desarrollar un sistema.

En líneas generales se le peyora como filósofo a cualquiera que se vaya, en apariencia, por los cerros de Úbeda en el discurso. Sin embargo el objetivo " natural" de la Filosofía puede seguir, aquí hay gente más capacitada que yo - que sólo soy un diletante- para decirlo, presente con muchos desarrollos contemporáneos en Filosofía de la Ciencia. Pero sobre todo creo que es importante que tengamos en mente la posibilidad de una contradiáspora. Al igual que en tiempos existían enciclopedistas y gentes que tocaban todos los palos, cosa que la actual especialización hace imposible por el elevado volumen de conocimientos, y su complejidad, junto con los requisitos económicos, sociales y laborales, es previsible de algún modo cierto retorno a una situación de nuevo esplendor del autodidactismo, la interdisciplinariedad y la erudicción tipo " beta" del diletante ( aquel que no destaca en nada pero que con el tiempo acaba sabiendo bastante de bastantes cosas). Todo ello englobable sobre un término más justo y adecuado que sería el de " gnóstico" en el sentido de practicante de una gnoseología. En su significado de un conocimiento encauzado a unas metas dadas. No como un carácter general de unos principios. Sino como una aplicación sesuda, personal, estudiada, combinada y desarrollada sobre unos objetivos concretos del conocimiento desde un multiabordaje concurrencial.

Tal vez en un futuro haya " limitólogos" que estudien los límites específicamente como objeto. Para los cuales tengan tanto interés cuestiones como la incertidumbre, la indeterminación, la incompletitud etc. O quizás " quimeriólogos" que traten a pié de igualdad cosas como el móvil perpétuo con la máquina de turing, intentando relacionar espacios.

El conocimiento es sólo uno y admite otras divisiones aparte de la oficial. División que tiene una connotación claramente económica.