Abatido el atracador de un banco tras un tiroteo
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Abatido el atracador de un banco tras un tiroteo
El suceso ha ocurrido este jueves por la mañana en la zona del G3 cuando un hombre ha intentado quemar a una empleada de la sucursal del banco Santander
Un atracador ha sido abatido por la Policía Nacional de Burgos en la calle Condesa Mencía a la altura del 116 tras un tiroteo. El suceso ha ocurrido este jueves a las 10:56 de la mañana tras un intento de robo en la sucursal del banco Santander del G-3.
Tras recibir el aviso de que un hombre había accedido a la oficina bancaria y rociado con gasolina a una trabajadora, varias dotaciones de policía se han personado en pocos minutos rodeando la sucursal donde se ha producido fuego cruzado y el atracador ha sido finalmente abatido.
Se ha solicitado asistencia al 1-1-2 para una persona herida de bala pero los servicios sanitarios solo han podido confirmar la muerte del hombre, de 51 años, tras La Policía Nacional mantiene acordonada toda la manzana, ya que el tiroteo se ha producido en la calle, en plena huída del hombre que, según testigos presenciales portaba un arma con el que habría encañonado a los agentes cuando han intentado reducirle.
Actuación de la Policía Nacional
La empleada de la sucursal bancaria situada llamó a la Policía Nacional de Burgos informando de que estaban sufriendo un atraco y de que un hombre había entrado en la oficina con un arma, rociando con gasolina a una de las trabajadoras. Aprovechando el pánico ocasionado, había cogido el dinero emprendiendo la huída por la calle Duque de Frías, siendo seguido por la empleada del banco, quien seguía en contacto telefónico con la Sala del 091.
La Policia Nacional informa de que en la zona donde ha ocurrido el atraco se encontraba una patrulla policial de paisano compuesta por dos agentes, quienes fueron los primeros que han acudido a la intervención, enfrentándose con el atracador, dándole el alto.
El atracador, en lugar de deponer su actitud, se enfrentaba a los agentes y les encañonaba con el arma que portaba, teniendo los policías que utilizar sus armas reglamentarias para repeler la intervención. El varón fue herido en el cuello y los servicios sanitarios, pese a intentar reanimarle, no consiguieron salvar su vida.
Conmoción en el barrio
Los propietarios de un bar cercano vieron al hombre pasar frente al establecimiento. Desde la confusión inicial, explican que le vieron nervioso, agitado. También lo vieron salir corriendo con otra persona persiguiéndolo y oyeron disparos. Aseguran que es un cliente habitual de varios establecimientos de la zona y se preguntan «por qué habrá intentado atracar el banco»reanimarle sin éxito. El personal sanitario ha atendido también a la mujer a la que han intentado prender fuego y a varias personas con ataques de ansiedad.
ras este suceso, los vecinos del barrio temen por su seguridad: «Tenemos una inseguridad... No sabemos a donde vamos a llegar. Viendo el panorama, cada vez ocurren más desgracias en Burgos», apunta Juan que no se explica lo ocurrido este jueves. «Que haga esto en pleno día, cuando la gente está en la calle... Hay carnicerías, tiendas... Es un peligro, no sé qué les espera a las nuevas generaciones», sentencia.
Pedro, un vecino burgalés en paro, es el atracador del Banco Santander abatido en un tiroteo
El ladrón, de 51 años, vivía a escasos metros de la sucursal a la que accedió a punta de pistola / El registro de su domicilio le sitúa también como autor de otro asalto en un supermercado de su barrio el pasado mes de mayo
Atraco en una sucursal de Banco Santander en Burgos . ICAL
DIEGO SANTAMARÍA | BURGOS6 DE JULIO DE 2023, 14:54
Nadie se explica en el barrio burgalés del G-3 qué se le pudo pasar por la cabeza a Pedro, de 51 años, para cometer un atraco a punta de pistola en la oficina del Banco Santander situada a escasos metros de su domicilio, en la calle Duque de Frías. Casado y con un hijo veineañero, extrabajador de una fábrica situada en el polígono de Villalonquéjar, en paro y con «problemas económicos», accedió este jueves a la sucursal poco antes de las 11 de la mañana. Tras amenazar a las empleadas, roció con gasolina a una de ellas y logró huir con un pequeño botín en efectivo. Casualmente, una patrulla de la Policía Nacional de paisano se encontraba por la zona y le dio el alto mientras huía por la calle Condesa Mencía atravesando el parque de la Luz. El asaltante, que portaba un arma de fogueo, encañonó a uno de los agentes y acabó siendo abatido frente al portal de su casa.
Fue una trabajadora de la sucursal quien dio la voz de alarma a la sala del CIMACC-091 de la Comisaría Provincial de Burgos cuando Pedro aún se encontraba dentro. Una vez logrado su objetivo, salió corriendo en dirección a su domicilio. Según el relato de varios testigos presenciales que le conocían, una empleada del banco salió tras él mientras hablaba por teléfono, «llorando» y visiblemente «nerviosa», para informar a la Policía hacia dónde se dirigía.
El atracador se topó con los agentes de paisano tras doblar una esquina y atravesar un soportal que comunica con la calle en la que residía. En ese momento, lejos de deponer su actitud, amenazó a los policías que intentaban detenerle. A continuación, uno de ellos se vería obligado a utilizar su arma reglamentaria para repeler la agresión hiriendo a Pedro en el cuello. El disparo resultó letal, ya que los servicios sanitarios nada pudieron hacer por salvar su vida.
Con la zona acordonada y un gran despliegue policial, llegaron a movilizarse hasta tres ambulancias para atender a las víctimas del atraco, en evidente estado de shock a raíz de lo sucedido. Como era de esperar, las calles Duque de Frías y Condesa Mencía no tardaron en congregar a muchos transeúntes curiosos que no dejaban de preguntarse qué era lo que estaba ocurriendo. Entre ellos, algún que otro vecino del bloque en el que residía Pedro al que no le quedó más remedio que esperar a que se procediese al levantamiento del cadáver, que tuvo lugar pasadas las 12 del mediodía.
Para entonces, la noticia ya había saltado a los medios y todo el mundo se preguntaba quién sería el atracador. «Ha debido ser como en el Oeste», comentaba una mujer por teléfono justo antes de que un agente le conminase a no detenerse mientras caminaba por la acera de enfrente. Al poco tiempo, se empezaría a rumorear que el asaltante abatido era vecino del barrio. No obstante, nadie de los allí presentes era capaz de asegurarlo al cien por cien.
«Normal y corriente»
«Le conozco desde hace mucho tiempo», indicaba a este periódico la propietaria de un comercio cercano a la sucursal del Santander que vio correr a Pedro sin imaginar lo que acababa de suceder. Le llamó la atención que llevase un chaleco con franjas reflectantes y un objeto de color negro en la mano que no pudo identificar, aunque en ese momento no le dio mayor importancia. Junto a ella, la gerente de un bar también observó la escena. Ambas se temieron lo peor cuando vieron a la empleada del banco persiguiéndole con cara de susto.
La escena transcurrió en un abrir y cerrar de ojos, sin tiempo para que estas dos mujeres reaccionasen. De repente, oyeron los disparos e, instintivamente, doblaron la esquina del soportal. Allí vieron a Pedro, tendido en el suelo y todavía vivo, tratando de resistirse, gritando, mientras los agentes le indicaban que permaneciese quieto. En cuestión de minutos, varias dotaciones de la Policía Nacional se encargarían de acordonar la zona.
«Era un vecino normal y corriente, muy correcto», señalaba una de las testigos, camarera de un bar al que Pedro acudía habitualmente, incapaz de dar crédito a semejante suceso. De hecho, cuando le vio correr pensó que «tenía prisa». No imaginaba ni de lejos que había atracado la sucursal del Banco Santander y que trataba de refugiarse en su vivienda.
En otra tienda cercana, su propietaria tampoco entendía por qué este vecino tan conocido en el barrio había tomado una decisión tan sumamente drástica. Nunca dio «ningún problema», ni en este establecimiento ni en el bar contiguo al que tanto le gustaba ir. No en vano, muchos de sus vecinos sabían que llevaba tiempo atravesando una mala racha económica. En cualquier caso, «pagaba religiosamente».
Sea como fuere, nadie hablaba de otra cosa a última hora de la mañana. En las terrazas, en cualquier comercio, en plena calle. La gran mayoría ya estaba al tanto de que el responsable del atraco era vecino del barrio. La incredulidad, como es lógico, imperaba en el ambiente. Pese a todo, el comentario más escuchado guardaba relación con la situación tan desesperada que debía atravesar este hombre para intentar ‘dar el palo’ a una sucursal, en solitario y al lado de su casa, teniendo en cuenta las medidas de seguridad de las que disponen actualmente las entidades bancarias.
Atraco previo
Ninguno de los comerciantes del entorno del parque de la Luz tuvieron jamás problema alguno con Pedro. Todo lo contrario. Sin embargo, la crisis económica que atravesaba este vecino del G-3 le llevó a emprender acciones desesperadas. Por ejemplo, según ha podido saber este diario, en una ocasión repostó gasolina en una área de servicio de Burgos capital marchándose sin pagar. También, tal y como afirmaba otro residente del barrio, hizo al menos un ‘simpa’ en un bar.
Ambos episodios quedan en meras anécdotas si finalmente se confirman las pesquisas que este jueves mismo lograron realizar los investigadores. Según fuentes policiales consultadas por este periódico, todo apunta a que Pedro fue el autor del atraco cometido en el supermercado Lupa de la calle Condesa Mencía a mediados del pasado mes de mayo. Es decir, también cerca de su domicilio aunque en este caso a una distancia mayor: aproximadamente unos 400 metros.
Aquella vez, el asalto se produjo poco antes de las 5 de la tarde. No había demasiada clientela y el atracador no pudo ser identificado al llevar el rostro cubierto. Pese a ello, la Policía mantenía la investigación abierta, bastante avanzada, y todo parecía indicar que «iba a caer tarde o temprano».
La sorpresa llegaría cuando se procedió al registro domiciliario de Pedro con el consentimiento de su esposa. Una vez dentro, los agentes localizaron varias prendas de ropa que «coinciden plenamente» con las que llevaba el hombre que atracó el Lupa a punta de pistola hace más de mes y medio. A expensas de analizar todas las pruebas, no cabe duda de que el modus operandi empleado en estos dos robos con violencia es prácticamente similar. La diferencia, en caso de que finalmente se acredite que fue Pedro el responsable de dicho asalto, es que en mayo sí logró huir con el botín que había en la caja registradora.
Última edición por juanper; 08/07/2023 a las 19:17
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Lo de quemar banqueros tampoco debería ser delito. A mi me tienen quemadito y nadie hace nada.
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