aprobación-desaprobación y tabúes

el amor se fundamenta en perspectivas personales. En ellas nos imaginamos la aprobación, y la desaprobación, de según quién. Que nuestra madre nos viera con otra o con una que no tuviera nada de maternal... por ejemplo en mi caso. El primer tabú es la opinión familiar. El tabú de no desatender jamás el mirar una valoración retrospectiva. En el sentido de convertirse la aprobación en requisito, o la desaprobación en fantasiosa ostentación personal de poder de distanciamiento respecto de la esencia de los antecesores. Al tabú familiar de mirar a tus progenitores como jueces de tus actos biográficos se une el mismo sentido pero volcado sobre lo social. El tercer nivel es cuando directamente nos enfrentamos a familia y sociedad desde la misma naturalidad o antinaturalidad de nuestros actos. Que nadie lo apruebe, ni siquiera lo habitual en la naturaleza pretecnológica, es el culmen de la rebeldía cuando el tabú se emplea para liquidarle. Ha sido necesario llegar al látex para abordar éste espacio en una nueva era. Que en ocasiones soñamos no obstante con abandonar para retornar enaltecidos a la conquista de otra madre... cabrona.

Te poleo x pena, anormal.