ayer fue un buen dia, hoy no tanto

ayer estaba rebuscando patatas fritas en la hamburguesería cuando una mujer portuguesa me preguntó si pasaba hambre. Hombre, hambre lo que se dice hambre... paso España. Eso es lo que paso. Que soy español y el culoteta me ha podido tanto que se me lo ha comido todo. O soy vago o soy enfermo o soy loco o todo o quizás nada. Porque suerte he ido teniendo. No la he aprovechado. He querido un eterno imposible. Pero no es menos cierto que el sistema también se las trae.

La mujer, que afirma sí haberla pasado, me ha regalado un billete cincuenta. Tres opciones por mi cabeza: una entrada para el Rolls Royce ( not posible) jugar en el Luckia ( factible aumentar el dinero, pero mucho tendría que aumentar para salir de la crisis, y los Pelayo ya no son una idea rentable) irme de putas ( no renta, lamer por treinta pavos, una estupidez). Finalmente he comido muy bien. Quizás lo correcto, pagarme una tarjeta digital para el móvil y contactar con mis amigos médicos para más de lo mismo: acariciar una pensión por el cúmulo de problemas ( esquizo hebefrénico, ciclotimia, hipomanía y crisis comiciales) pero en tiempos era posible que te pagaran y te dejaran en paz. Ahora te miran con lupa por si acaso otra pueda ser la interpretación de tu mal, algo así como " chaval, que bién te lo has pasado" " pero ahora te toca pagar", o bien: " haber estudiado teología como Chamizo y no haber sido un ególogo". Además la zombificación se hace obligatoria. ¿ Te quedas dormido al mediodía por la edad y el azúcar? bueno, pues te vamos a dormir más. Y probablemente la integración exigida: a currar de todas maneras o quizás te interese rellenar láminas de colores...

hoy he estado en otra trabajadora social que me ha recordado que padrón y mínimo vital son como alquimia de plomo en oro. Y que pensión por discapacidad es " te terminamos de aplastar". Eso sí, la tía era enana, canija, guapita y me ha puesto cachondo. Además me ha reconocido que ella misma haría trampas y no se medicaría. Y que pasó de las vacunas. Al menos me comprende... Lo de Veti, mi amiga la ejcritora, Marshall teléfono rojo 2013, sí que se lo creyó. Total, es cierto. Pero le cuesta entender que no entrara por uvas. Quizás le pido demasiado a la vida. Nose...

Es verdad, ayer cagué bien y hoy no