que bonito sería

levantarse un dia por la mañana y comprobar que toda la vida humana y animal ha desaparecido. Excepto las especies incapaces de salir de las aguas y que, por tanto, quedan automáticamente apartadas. De la polinización y los restos de la cadena trófica ya me encargaría yo. Al no existir cocodrilos ni serpientes ni sapos tóxicos, sería tan simple como pescar en zona de costa o ríos ( cada vez más puros y descontaminados). La proteína estaría garantizada. Para la parte vegetal podríamos recurrir a la agricultura. Como con el maíz, que necesita al ser humano para reproducirse. Y sólo nos faltaría un chocho con el que folletear todos los dias.

Una idea me ronda la cabeza: que la mayoría de las especies son prescindibles. A mi sensibilidad se la pela si el gorila de lomo plateado de montaña desaparece. Por lo que yo sé, toparse con uno de ellos en la selva sería un desastre. Lo mismo con la mayoría de los bichos, desde la mosca coñazo ( no digamos las que parasitan con larvas) hasta el perrito común, pasando por cucarachas, arañas, murciélagos ( amplia gama de lo desagradable) o esperpentos de utilidad dudosa como el manatí ( si " eso" eran las sirenas, como para devolverlas al agua...). Tras exterminar a la especie humana sería buena cosa hacer un pequeño listado de especies nutricionalmente convenientes. El resto a la extinción. Así " el parque" sería más fácil de cuidar. La cadena, pirámide más bien, trófica no es un equilibrio sabio, perfecto, constante. Es un conjunto de desastres en los que unas especies se procesan a otras. Con momentos en los que alguna ha proliferado grandemente jodiéndose otras. El equilibrio es sólo a largo plazo. Una fauna y flora reducidas permitiría un mejor control. Para obtener medicamentos nos basta con simulaciones informáticas. No precisamos del Amazonas.

Predadores como el zorro
Superpredadores como el león, el oso o el humano
Megapredadores como el superhombre