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Después de los ataques anteriores perpetrados por extranjeros (siempre hay ataques anteriores), los progresistas alemanes reaccionaron con una agresiva campaña contra la «extrema derecha» cuyo plato fuerte fue el Festival por la Diversidad de Solingen. Y ya sabemos cómo acabó la historia.
Y ahí está la paradoja, que las víctimas del ataque de Solingen eran fervientes partidarios de que Alemania se llene con más inmigrantes como su asesino. Después de que tres personas fueran asesinadas en la localidad alemana por islamistas sirios, junto con otras ocho heridas, cuatro de ellas de gravedad, se ha revelado que al menos las víctimas del asesinato eran «de mentalidad progresista» y al menos una de ellas pertenecía a una organización proinmigrantes.
Dado que los asesinatos ocurrieron en el marco del Festival de la Diversidad, no sorprende que muchas de las víctimas pertenecieran a organizaciones de izquierdas dedicadas a temas progresistas, como la apertura a los refugiados. Estas organizaciones promovían la «coexistencia pacífica» con otros pueblos y culturas, según la revista alemana Focus.
Se suponía que el presunto atacante, identificado como el islamista Issa Al H., de 26 años, sería deportado en 2022, pero se le concedió el estatus de protección después de esconderse durante seis meses.
Entre los muertos en el ataque figura Inés W., cuyo marido también resultó gravemente herido. Era farmacéutica y miembro de los piragüistas de OTV, que habían hecho campaña por la integración con los extranjeros. Según el periódico alemán Rheinische Post, había asistido al Festival de la Diversidad porque era «muy importante para ella».
Entre los fallecidos también se encontraba Stefan S., de 67 años, que trabajaba en la fábrica Oetelshofen en Wuppertal. El Rheinische Post le describe como «una persona liberal, culta, que quería comprender todos los puntos de vista. Era lógico que una persona tan cosmopolita como él asistiera al Festival de la Diversidad en Solingen».
El director general Till Iseke escribió en el obituario de la víctima: «Querido Stefan, fuiste un colega y un amigo para nosotros, una persona que pensaba de manera diferente y vivía según valores como la apertura y la tolerancia. El hecho de que hayas resultado mortalmente herido en un vil ataque durante un festival pacífico nos deja atónitos, enojados y tristes».
En cuanto a la tercera víctima, Florian H., vivía en Düsseldorf y trabajaba en Solingen, pero no se ha difundido mucha información sobre él.