Tema serio ¡celtiberia!

Sabemos por las fuentes clásicas quienes eran Istolacio e Indortes, caudillos de Oretania y Turdetania que lucharon contra Amílcar (¡y lo panchitizado que está este nombre!) Barca, también Orisón que con mucha mejor suerte pudo vencer al cruel cartaginés, tenemos también noticia de Indibil y Mandonio, íberos levantados contra Roma y de Hilerno o Hilernus, de Thurro, Olíndico, Caro de Segeda, Megara el numantino, incluso Laro el mercenario cántabro y el caudillo rebelde Corocotta, además del legendario Gausón de los astures. De entre los lusitanos tenemos a Púnico, de indudable apelativo fenicio ¿cuál sería su nombre indígena? y además a Táutalo, Césaro y Cauceno que llevó sus correrías hasta África. De todos ellos sabemos que eran régulos, princeps, caudillos..., en definitiva la flor y nata de la nobleza hispana.

Pero ¿y el invicto Viriato? sobra decir a estas alturas que cualquier intento por adscribir a nuestro héroe a uno u otro lado de la frontera solo puede ser esteril, baste con decir que fue lusitano, puesto que como es obvio la extensión de este pueblo, de fuerte raigámbre ARIO-EUROPEA, trasciende las fronteras hoy en día exsitentes entre España y Portugal. Decimos, por cierto, que es el lusitano un pueblo de indudable carácter ario tal y como lo demuestra su lengua y su religión pero no debemos perder de vista que su llegada a la península pudo ser incluso anterior a las oleadas celtas que conformaron la Hispania Céltica. Así, se discute la posible filiación proto-celta del idioma lusitano defendendiendo unos autores que se trataría de una lengua celta especialmente arcaíca mientras otros afirman que si bien es exclusivamente indoeuropea habría que desligarla del tronco céltico, se sostiene incluso la pertenencia a la rama de las lenguas itálicas.







Tenemos entonces un pueblo que si bien no puede encuadrarse con total seguridad entre los celtas de Hispania indudablemente en su lengua, religión, cultura material incluso, además de su indiscutible arianidad muestra una fuerte influencia celta, así por ejemplo ENDOVÉLICO, el Febo Apolo de la mitología clásica, puede facilmente relacionarse con el Belenos galo y es también de origen celta el nombre de la diosa Ataegina, la Diana de los hispanos. Situados en el Occidente peninsular, los lusitanos encontrarían al este a los vetones, pueblo famoso por sus verracos de piedra, cuya celticidad aunque muy arcaíca parece más clara y que aparece como tradicional aliado de los lusitanos y de Viriato. Al norte los pueblos galaícos, más concretamente los brácaros, que engrosaron también las filas de Viriato, al sur los célticos, nombre que no deja lugar a dudas, y más al sur todavía los conios tan ligados a la mítica Tartessos. Al oeste el inmenso Oceano Atlántico que siglos después surcarían naves hispanolusas.



¿Y quién era entonces Viriato entre estos lusitanos? tradicionalmente y siguiendo la descripción de Tito Livio, Viriato aparece como un simple pastor que forzado por las circunstancias combate a Roma, la Roma del pretor Galba que tan indignamente ha masacrado a buena parte de la nobleza lusitana en el año 151 a.C. Así lo mencionan Tito Livio, Dion Casio y otros tantos con el mismo propósito moralizante que podemos ver en la Germania de Tácito, en la Ciropedia de Jenofonte o en la visión de Platón sobre Licurgo y Esparta. Se retrata entonces a Viriato como el mejor ejemplo de virtud, ascetismo y justicia, un ejemplo frente a la decadencia de una Grecia y Roma muy posterior a la muerte del caudillo lusitano. Según Apiano Viriato es el más justo a la hora del reparto del botín y además duerme siempre armado, Diodoro cuenta el siguiente pasaje sobre su boda:

Cuando con motivo de su matrimonio se exhibieron muchas copas de oro y toda clase de vestidos bordados, apoyado sobre su lanza contemplaba la exposición exagerada de riqueza sin un signo de admiración o sorpresa, sino que mostraba más bien un sentimiento de desdén. Además, con una frase dijo muchas cosas sensatas y dejó caer muchas observaciones sobre la ingratitud para con los bienhechores y sobre la tontería... cuando nos enorgullecemos de los dones inestables de la fortuna: sobre todo, que la muy alabada riqueza de su cuñado estaba sometida al hombre que tenía la lanza; más tarde dijo que él le debía una deuda mayor que los otros pero que sin embargo no le ofrecía nada a él, el verdadero amo de todo. Viriato entonces ni se bañó ni ocupó su lugar en la mesa, aunque se le requirió insistentemente que lo hiciese, pero cuando se colocó ante él una mesa con todo tipo de viandas, tomó pan y carne y los dio a los que habían hecho el viaje con él; después, tras haber tomado como por azar algunos trozos para sí, les ordenó que fuesen a buscar a la novia . Y tras ofrecer un sacrificio a los DIOSES y realizar los RITOS acostumbrados entre los iberos, él colocó a la joven sobre su yegua y cabalgó enseguida hacia el lugar que había preparado cu las montañas"...
Cuando con motivo de sus bodas se exhibieron muchos objetos valiosos, Viriato, después de examinarlos con detenimiento, dijo a Astoplas: "¿Cómo es que los romanos, que han visto todo esto en tus banquetes, nunca pusieron sus manos
sobre estos objetos de valor a pesar de que tenía el poder de arrebatártelos?"

Cuando Astoplas respondió que nadie se había movido para tomarlos o reclamarlos, aunque muchos sabían de su existencia, dijo: "Entonces dime por qué, si las autoridades te han otorgado la inmunidad y el disfrute asegurado de estas cosas, las has abandonado y has escogido aliarte con mi vida nómada y mi humilde compañía".

Esta visión moralizante que hacía de Viriato un simple y estoíco pastor devenido en guerrero, y que por cierto no difiere demasiado de la del consul Cincinato con el arado y los bueyes, fue la que triunfó en la visión tradicional del héroe y sería profusamente aprovechada por el nacionalismo decimonónico a ambos lados de la frontera. En este punto hay que dejar totalmente claro que el nacionalismo como ideología política es producto de lo que en terminos del gran pensador Julius Evola se denomina la Revolución del Tercer Estado, no vamos a profundizar demasiado en esto pero baste con decir que a una cosmovisión horizontal, burguesa, democrática y por tanto igualitaria la idea de un heroe salido de entre lo más llano de ese Tercer Estado le resulta un arma legitimadora de primer nivel frente a la tiranía. Pero la realidad, como veremos, está lejos de complacer estas querencias del nacionalismo demagógico. Hoy, cuando la civilización del Cuarto Estado o incluso de un Quinto (la de los parias) se ha hecho con el poder mediático, a falta del político y el económico que a duras penas mantiene el Tercer Estado, hay quien incluso ha querido hacer de Viriato el primer anarquista extremeño (sic) o un Espartaco hispano.

La cierto es que no pueden estar más alejadas de la realidad estas leyendas de ayer y de hoy, quizá puede disculparse a los clásicos que al fin y al cabo no buscaban subvertir sino moralizar. Y digo que están alejadas de la realidad en primer lugar por la cosmovisión necesariamente vertical y SOLAR de los lusitanos, propia de los pueblos arios en todo caso y muy alejada de igualitarismos y moralinas comunistas, da risa pensar que un guerrero que acaudilló a lusitanos, vetones, celticos, vacceos, brácaros..., que dirigió enormes ejércitos, que firmo un acuerdo de paz con Roma siendo declarado "amicus populi romani", al que se llama en las fuentes dux, rex, basileus, dynastes...fuera en realidad un mero bandido con tendencias anarquizantes, un Robin Hood con su espada puesta al servicio de la mal llamada "justicia social".

Ya su mismo nombre nos dice bastante, Viriato, el portador de las "virias", brazaletes de oro y plata como los que aparecen en los tesoros de Berzocana y Cerro de la Miranda, como los torques celtas tan extendidos en la Galia y en Hispania que dan origen al nombre de Torcuato. Se hace poco probable entonces que alguien a quien se da ese nombre sea un rústico pastor, un montañés sin ningún lazo con las aristocracias guerreras, por mucho que el arte del XIX haya querido pintarlo y esculpirlo como un salvaje cubierto de pieles. Es posible que fuera poseedor, él o su familia, de cabezas de ganado, también que por esto y por practicar la caza como era propio de su casta estuviera muy familiarizado con las montañas del Oriente de la Lusitania, se insite además en algunas fuentes en que había dado caza a innumerables fieras salvajes antes de destacar en la guerra. Tampoco deben estar desencaminados, aunque exajerasen, los autores clásicos cuando ponderaban entre sus virtudes la generosidad y la justicia, las virtudes clásicas del rey y sobre todo caudillo en el mundo de la Tradición , y en cuanto al episodio de la boda se haría difícil y poco coherente ver a Viriato unido a la hija de un magnate como Astoplas si no fuera porque el linaje de este era suficientemente elevado para ello.




Reparemos por último en lo que dice Diodoro Sículo de los lusitanos:

Existe una costumbre particular y propia de los hispanos que se manifiesta de manera singular entre los lusitanos: cuando los jóvenes llegan a la edad adulta, aquellos que son más pobres, pero que sobresalen por su fuerza y valor se
encaminan a las montañas. Allí se unen en grandes cuadrillas y se lanzan sobre las tierras llanas acumulando riquezas a través del pillaje.

Recuerda necesariamente este pasaje a las vidas de Cortés, Pizarro y otros ilustres conquistadores extremeños que siendo hidalgos de noble sangre pero sin dinero ni tierras partían a América o las guerras de Europa en busca de fortuna y
sobre todo fama con las armas (hablaremos en otra ocasión de un WALHALLA CELTÍBERO), quizá sería Viriato un segundon sin patrimonio, el miembro de la comitiva de algún régulo lusitano o un exiliado por haber caído en desgracia como
nuestro Cid. En cualquiera de los casos está claro que Viriato a todas luces está más cerca de ser un kshatriya lusitano que un populachero héroe de aldea.




Horus Trisgemisto