me han contado esto:
Takai, adolescente residente en Tokio, y Mitsuha, jovencita residente en una comunidad rural, descubrirán que frecuentemente, durante sus respectivos sueños, amanecen en el cuerpo del otro. En esta alternancia diaria de estancias en ambos cuerpos, ambos dejaran en sus móviles registros de sus actividades para impedir el desconcierto del otro. De géneros y caracteres diferentes, esta situación dará lugar a sucesos hilarantes y transformaciones en sus respectivas rutinas. Hasta que un día estos intercambios finalicen, y Takei . Pero la aparición en escena de un cometa y el impacto de sus restos le harán ver que ese reencuentro no será tan fácil como esperaba. Una película de animación, de antemano, bellísima, con un minucioso detalle en la recreación de espacios. Con ritmo y potencia dramática, y un guión ambicioso lleno de ideas interesantes (añadamos a lo previamente añadido intercambios en distintos momentos temporales) son los puntos fuertes del filme. Y sin duda superan los negativos, también numerosos. Aparte de ser enrevesado a nivel narrativo, hay una fluctuación inmensa de tonos y ritmos, cayendo con frecuencias en la cursilería adolescente común en este tipo de películas. Y si bien la música es muy correcta, el filme introduce en el metraje escenas de montajes rápidos de un suceso concreto con canciones de rock infantil propias de una cabecera de serie de televisión, que si bien dan para unas secuencias videoclip divertidas de puro extravagante, rompen por completo el clima y atmósfera de la película. Con todo, esta peculiar historia de amor de adolescentes tímidos encandila y asombra.