Contribución sindical y asistencial: ¿ser o no ser obligatorio? esa es la cuestión

En la obra "Hamlet" de William Shakespeare, el personaje principal se encuentra en un momento de conflicto de ideas y postración cuando pronuncia la famosa frase "ser o no ser, esa es la cuestión". Ña obra de Shakespeare se ha reactivado en lo que respecta a las contribuciones sindicales. Pedir perdón por la gramática distorsionada: ¿Debería exigirse el pago o no? Esa es la cuestión.

La mayoría de las personas que han estado en una relación laboral son conscientes de que los sindicatos, bajo una serie de nomenclaturas, hacen "contribuciones" a su favor. "Contribución", de todos modos, entre comillas. Por que Debido a que a menudo se colocan como obligaciones en lugar de voluntarias , crean obligaciones tanto para los trabajadores como para los empleadores. El enfoque de este artículo está en las dos "contribuciones" más conocidas, sindicato y bienestar.

La Contribución de la Unión se debe hacer solo en marzo de cada año. Es equivalente a la deducción de la nómina de un día, mientras que los empleadores y las personas que trabajan por cuenta propia deben pagar a través de sus propios guías, ya que parte de ella se toma como dinero público destinado al Fondo de Apoyo al Trabajador. La Contribución de Asistencia, por otro lado, no tiene una fecha de pago o monto provisto por la ley, tal como lo establece un convenio colectivo, ya que tiene como objetivo mantener el sindicato.

Con la Reforma Laboral, nace una nueva interpretación: que nadie está obligado a contribuir al sindicato, por ningún medio, ni a tener un descuento en la nómina en este sentido, a menos que lo autoricen previamente. Para intentar superar la autorización, surgió la idea de que podría ser colectiva, hecha en asamblea, de modo que, si se definiera la obligación de contribuciones, se autorizaría la recolección de todos los miembros de la categoría incluso en casos de conflictos laborales.

Cabe señalar que el Tribunal definió únicamente en relación con la no obligación de la contribución de la Unión; nada se ha definido en relación con las otras "contribuciones", ni si las autorizaciones realizadas en las reuniones son válidas o no. Y ese, por ahora, es el último acto: donde, como la obra de Shakespeare, Hamlet se despide diciendo "el resto es silencio".

Pues, señores, estaba yo en el bendito Skyrim (spoilers) en busca del honorable maestro de los barbas grises cuando se me aparece un PUTO DRAGÓN DE LOS COJONES, qué pesados macho, y le empiezo a disparar con lo más tocho que encuentro desde la seguirdad de una roca.

Luego de disparar unas cuantas flechas de orco, dispuesta a darle muerte al cabrón con mi mandoble de plata, salgo de detrás de la roca y me doy cuenta de que el dragón no es más que el respetable maestro

Por suerte no se ha cabreado, creía que ya había jodido la misión, pero era majo el viejo.


Pues eso.