Cuando el Logos te hace aguas

El Logos es la lógica. La manera correcta de ver la vida. Lo razonable. Lo racional. Lo objetivo. Pero todo eso no es sino una parcela organizada, amurallada y abanderada dentro de un territorio mucho mayor:

el mythos

Al principio, el Logos parece benefactor. Un tanto depresivo pero benefactor. Finalmente te das cuenta de que lo que te ha faltado ha sido campear por esas tierras culturales ajenas de los otros. Los locos, los extraños, los extranjeros, los alienados...

Acudí como todas las mañanas a por el bocadillo. Ahora me lo pido de mortadela en vez de chorizo. La monja me pregunta de la razón del cambio. Quizá sea porque me falla el Walhalla. Además me fascina el mediterráneo moderno. Que lo hay. El milanés industrial y el catalán. La Provenza y la Jennifer López en plena forma madura y latina en casa-paraíso ajardinada floral como hacían las grandes de antaño tipo Gina Lollobrigida o Raquel Welch. O eso parece, que el Walhalla no se me adecúa a mi parte adoradora de mujeres como iconos salvíficos. Y todo ello pese a la pestilencia a paraíso podrido de las campanas y las iglesias. Me fascina ahora lo rural pagano. En cambio se me derrota lo vikingo. La esperanza en ese paraíso en concreto.

Al salir del convento veo a mi colega hippie el ____ . Viene borracho, dando golpes con la flauta colegial con la que se " gana la vida" en las paredes y tocando todos los timbres como el eterno gamberro que siempre ha sido. Lo conozco y sé que tiene momentos de lucidez con una calidad mental increíble. Todo el resto del tiempo es anarquía sin contenido. Pura basura. Me voy de parranda con él. Nunca consigo evitarlo aunque siempre acabo dejándole atrás. Mi dieta esa mañana fué una copa del asqueroso anís ( agua de fuego ) - " lo mismo que tú" como mi respuesta a su invitación- y seis hamburguesas. Uno de mis colegas legionarios no tuvo huevos de ser el novio de la hamburguesa de cerdo y me la pasó en el comedor del mediodía. También tiene el aparato digestivo un tanto tocado.

Mi amigo el hippie se encontró una golondrina en el suelo. Se dedicó a alimentarla ( boca-pico) con su saliva etílica. Luego la sumergió en un vaso de agua para " adecentarla". Finalmente acabamos en la iglesia.

Se sentó en el suelo y se dedicó, golondrina en mano, a preguntar a la gente como se escribía " curación". Si con " c" o con " q-cu". Algo le han dicho de que le queda poco de vida. Y el se aferra al " resistiré". Loable. Pero un tanto discordante con el templo, sentado en las escaleras de la zona del altar. A los pies de Sor Ángela de la Cruz. La gente mirando condescendiente " pobrecito, está borracho". " Sí, pero es buena gente" que les respondía la hermana que ya lo conoce.

Entonces me invadió una fuerte desesperanza. Veo a un tipo irracional rodeado de jueces igualmente irracionales. El colega fascinado con una golondrina. Ellos con el CADÁVER DISECADO DE UNA MONJA.

Cuando el Logos hace aguas toca buscar en el océano mayor de lo cultural. Todo Logos es Mythos en realidad. Pero no todo el Mythos está en el Logos habitual que uno usa ( y que se considera el único real). Encontrar un Logos transcultural sólo tiene una desventaja: es más caro. O más difícil.