dentro de nada entrará veti

**intuition** · Hace 1 semana

lo hace cuando me detecta.

Hoy quiero hablaros del nuevo realismo social. Hubo una literatura que hablaba de la pobreza porque era un tema romántico. La familia comiendo patatas cocidas en Navidad y el pobre chico tullido con los pómulos tiznados de carbón, Charles Dickens y eso... Hoy en dia la pobreza es gente en un comedor, bien comidos o gente de un lado para otro transportando cajas con encargos en lo alto de una bicicleta. Lo de hoy en dia se llama miseria calculada. Lo bastante asistida para no llegar al drama de la inanición. Lo bastante currada para lograr lo mismo que se ha buscado en todas las épocas, popularizar un falso emblema de meritocracia mientras que se sostienen las barreras de siempre para que los empoderamientos, si se producen, sean harto selectivos. Internet está cambiando eso. Pero las estructuras fiscales se encargan de evitar grandes desmadres en la automaternación económica. Así que vamos a lo que nos importa:

Metafísica. Metafísica de la política de ensoñación común.

Isaac Asimov decía que soñar era algo personal. Hoy en dia no estaría de moda. Aunque afortunadamente hay voces críticas entre algunos que logran el éxito y reclaman su derecho a ser considerados como notables como Otessa Moshfegh... a la par que diferentes. Si con las redes sociales no está de moda ser un don nadie, no es menos cierto que quien llega a ser algo es, aparte de la suerte, porque de algún modo sea verdad que lo valga. O como pasó con Blade Runner. Que gustó y simplemente fué culto.

No obstante, los tiempos limitan los contenidos en lo referente a alcanzar éxito. Ya que siempre hay una ensoñación común que a modo de función de utilidad colectiva determina lo que epocalmente es considerable como buen material.

En el comienzo y en el final de la vida de cada ser, hay una situación de magia. El individuo se vé sobrepasado por el escenario y precisa una interpretación personal y útil de éste. Son etapas para el animismo. Al contrario que la zona central en la que se puede encontrar una tendencia al pensamiento grupal y colectivo muy arraigada. Es una zona que podríamos llamar teocrática en un sentido lato de Dios. Dios como función de utilidad colectiva. Como conjunto de trayectos válidos para el pensamiento. La gente se dedica a algo y desecha todo lo demás. En esa razón práctica, el ánima precisa descansar el resto de todas sus posibles proyecciones en una suerte de esperanza abstracta que normalmente se formula de manera ideal como Dios, Bién Común, Aldea Global, Razón Colectiva, Sentido Común...

En los sistemas de utilidad colectiva alejados de la teocracia considerada en su sentido estricto ( culto a una divinidad) se suele dar la sustitución por algún esquema de meta-razón. Una razón que beneficia a todos es, en teoría, una forma-ánima satisfactoria de sustitución de esa " egoista" infantil o de esa " supersticiosa" senecta. Sin embargo el efecto producido por esa razón científica, aséptica, justa, fría, comunista y supuesta universal en su validez por afirmar el noble valor de lo seguro, es en realidad una utilidad flaca que estrecha el camino del desenvolvimiento de sus súbditos hasta la estrecha línea de una hilera de hormigas cargando grano.

Sólo las sociedades en las que los niños son como viejos, y los viejos son como niños, pueden tener la esperanza de una fantasía sostenida en el tiempo que logre efectos creativos en el desarrollo de esa zona central de acuerdo común. Para ello es preciso que los sistemas de explotación " se relajen" y sean " laxos". Puesto que no todos los empoderamientos económicos son símiles de aportaciones y no todas las aportaciones desembocan en réditos para sus generadores. En líneas generales sigue siendo cierta la teoría del escape que postula que el trabajo es un símil de muerte y que todo acto creativo es un intento de que la magia de la etapa en la que podíamos poner toda nuestra ALMA sigue vigente en nuestro personal egoismo.