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Gordibuene
Puedes seguir como estás quejándote y no cambiando nada, puedes atontar tus sentidos o tu mente con pastillas que tampoco arreglas las cosas e incluso puedes desesperarte pero tampoco arreglas nada.
O puedes buscar la Verdad para encontrar el verdadero sentido de la vida.
La buena noticia es que
Sí puedes hacer algo para cambiar tu vida y también
puedes hacer algo para cambiar el mundo. Cada uno de nosotros podemos hacerlo: la clave es cambiar uno mismo. Eso requiere valor, hay que ser muy valiente para dejar de quejarse y para dejar de culpar a los demás. Cada uno de nosotros somos responsables de la parte que nos toca: cambiar yo es mi parte. Empieza por ahí.
¿En serio? Ni los tontos quieren ser infelices.
Reconcíliate con Dios, porque la otra buena noticia es:
no estás solo. Nadie está solo. Todos tenemos a Dios de nuestra parte. Y no importa si eres ateo, agnóstico o creyente; porque ninguno de nosotros somos dioses.
Ninguno de nosotros se ha dado la existencia a sí mismo, no somos señores de nuestra propia vida. Si fuera así podríamos volver a darnos la vida una y otra vez y es obvio que ninguno podemos darnos la vida que nos falta cuando enfermamos gravemente o la vida que se nos escapa cuando tenemos un accidente mortal o llega nuestra fecha de caducidad (sí, esa que tenemos todos y no conocemos).
Dios es Amor y nos ha creado por amor y para amar. En el ser humano hay un vacío infinito que sólo puede llenarlo el Ser Infinito. Él nos ha creado libres y no para hacer lo que se nos antoje, sino para hacer el bien. Tenemos una vida para volver nuestros ojos a Dios. Él que nos ha dado la existencia puede sanar nuestras vidas. Pidámosle que sane nuestras heridas, que nos ayude a superar el rencor, el dolor y todo lo que llevamos a rastras.
Dios es la Verdad y la Verdad viene a quien con humildad, reconociendo su propia pequeñez y sus limitaciones, le pide la ayuda que necesita. Yo pasé por eso, tuve un punto de inflexión en mi vida donde todo era como un estercolero puesto del revés. Me sentía impotente ante la indiferencia y el egoísmo de quienes se suponía que eran los buenos (seres queridos, vecinos, amigos...) ante la colección de mentiras que todos hemos podido experimentar en estos últimos años.
Y clamé al cielo. Me salió del alma hacerlo. Quería la verdad, no quería más hipocresía, ni más indiferencia, ni mentiras. No tenía fé pero quería la verdad. A solas le pedí a Dios. Y entonces yo no sabía que lo que estaba haciendo era pedir con humildad, pero eso hice sin saberlo. Reconocía que no entendía nada, que no sabía si existía pero que quería y necesitaba la verdad. Y estuve tres o cuatro días buscando la verdad, no recuerdo bien porque tenía mucha pelea conmigo misma.
Venían a mi cabeza todas las cosas que me separaban de Dios y parecía que no avanzaba pero seguí peleando porque realmente quería la verdad fuera cual fuera y ni siquiera recordaba una oración completa, pero empecé a rezar lo que podía y seguía pidiendo. Entonces comenzó a suceder, entendí, empecé a ver cosas. Y tuve la tentación de rechazar la verdad porque no era la que quería. No buscaba ser católica. De hecho en mi cabeza sonaba un noooo jajaja. Pero gracias a Dios acepté la verdad y siguió la pelea durante meses. Otra tentación fue ser cristiana, pero no católica, porque la confesión en el mundo protestante es cada cual por libre pero seguí buscando la verdad y pidiéndole ayuda a Dios.
Sobre lo que me separaba de Dios, ahora sé que son las mismas cosas que me dice la gente cuando les hablo de la fé. Siempre se repiten. No hay nada nuevo bajo el sol.
Si quieres paz en tu corazón busca la verdad, porque la Verdad es una persona y viene a ti.
En Youtube puedes encontrar muchos testimonios de gente que se ha convertido (de no creer a tener una fé viva) como María Vallejo Nájera, José María Zavala, María de Himalaya o Clare Crockett. De esta última te pongo un link al final del post.
Te dejo tres pasajes de la Biblia:
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre.
Si a alguno de vosotros le pide su hijo pan, ¿le dará una piedra?; y si le pide pescado, ¿le dará una serpiente? Pues si vosotros, aun siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que le piden!».
(Mateo 7:7-11)
En aquel tiempo, dijo Jesús a Tomás: «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida.
(Juan 14:6)
LAS BIENAVENTURANZAS
3 «Bienaventurados los pobres en espíritu, pues de ellos es el reino de los cielos.
4 »Bienaventurados los que lloran, pues ellos serán consolados.
5 »Bienaventurados los humildes, pues ellos heredarán la tierra.
6 »Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, pues ellos serán saciados.
7 »Bienaventurados los misericordiosos, pues ellos recibirán misericordia.
8 »Bienaventurados los de limpio corazón, pues ellos verán a Dios.
9 »Bienaventurados los que procuran la paz, pues ellos serán llamados hijos de Dios.
10 »Bienaventurados aquellos que han sido perseguidos por causa de la justicia, pues de ellos es el reino de los cielos.
11 »Bienaventurados serán cuando los insulten y persigan, y digan todo género de mal contra ustedes falsamente, por causa de Mí. 12 Regocíjense y alégrense, porque la recompensa de ustedes en los cielos es grande, porque así persiguieron a los profetas que fueron antes que ustedes.
(Mateo 5:3-12)