en paz descanse el " chucho"

yo tuve un profesor de historia de filosofía cuyo mote tenía que ver con cierta condición pachona que se podía observar en otros especímenes:





mofletudo y señorial, el - a la sazón cura- nos sugirió al principio de curso el reducir el temario a los griegos ( platón, aristóteles) y la escolástica ( agustín, tomás) porque " no os engañéis, la selectividad sigue en manos de Nos..." ( sí, " La Infame"...). Así que nos prometió que con tener trillados ( de eso se encargó) a los santos padres, asunto resuelto por lo tocante al tema.

Ni que decir tiene, nadie opuso. Mayoría absoluta.

Yo callé como puta...

Con el tiempo recuperé el siglo XX. Que era de los ateos incómodos para el chucho. Por no conocerlos bien y por no interesarle conocerlos. El siglo XX fué el de la crisis de la ciencia. Que se saldó con un increíble esplendor de la filosofía.

A dia de hoy, mucho anacoluto anda suelto pensando que las matemáticas son una ciencia exacta. Pero esa esperanza murió con la crisis de los axiomas. Que dejaron de ser autoevidentes para convertirse en subjetividades como otras cualesquiera.

A la iglesia siempre le interesó la lógica clásica en la medida que podía construir SOFISMOS (jeje...) con conceptos de series infinitas que hoy en dia no son posibles porque conocemos el cálculo moderno. Ya no es sostenible que deba de existir Dios porque no sería concebible " un principio sin otro principio" ( ¡ pues razón de más!...) y chorradas así. Por eso la caída de los sistemas lógicos, su relativización, fué un duro palo para ellos.

El chucho era un ejemplo de como la educación de pago y privada por lo religioso no garantiza un buen nivel cultural. De facto, lo que garantizó fué una profunda e importante castración.

Lo cuento por aquello de que hoy en dia están en boga los proyectos educativos recortados y orientados políticamente. Como el no enseñar español ( idioma castellano) para enseñar sólo catalán ( ¡ sólo un dialecto!). O el querer meter las venganzas bélicas trasnochadas en materia de estado mientras la vieja verdadera gloria ( 1492 y otras) se intenta olvidar.

Es irrelevante, mientras seamos vacunados y asintomáticos, al Estado le importa una higa lo que pensemos.