Resulta que he ido a un bar, que habían cambiado de sitio, y lo han puesto a tomar porculo de donde estaba antes. Y bien, he estado allí muy a gusto y demás, consumiendo con moderación y tal. Y ha sido al irme de allí, que como pilla a tomar porculo de mi casa, pues bajando por las calles, me he empezado a mear cosa bárbara... y me he planteado la pregunta que se plantea cualquiera en esta situación, llegaré a mi casa a tiempo, o me mearé encima sin remisión????
Total, que conforme bajaba, porque no me iba a poner a mearme en la calle, por la posible multa si me pillan y demás, cada vez se hacía más acuciante que llegara a algún sitio donde pudiera echar mi agüita amarilla......
Y ya llegando casi al centro, he visto El hogar del pensionista, y como no podía más, pues he parado allí, pensando si podría aunque fuera tomarme un café, pero mearme en un w.c., y he entrado a prisas y corriendo, y cuando me han visto que entraba como un elefante a una cacharrería, una mujer que estaba detrás del cristal en la oficina de entrada, me ha dicho: dónde va usted??? y le he dicho: al bar, pero antes necesito entrar a mear, porque ya no puedo más. Y me ha dicho: el bar está cerrado, pero pase usted al servicio que está ahí. Y le he dicho: pues muchas gracias.
Hasta ahí todo más o menos correcto, no??? he echado una meada bestial, y joder, me he quedado en la putísima gloria. Así que he salido orgulloso y relajado como el que más, y de repente, cuando me estoy yendo, veo que viene un señor, y me dice: tengo que apuntar sus datos aquí, porque es el protocolo del coronavirus. Y le digo: pues vale, no me importa. Y allí que me ha tomado mi nombre y mi teléfono, supongo que por si le da a alguien el coronavirus, echarme la culpa, o yo qué sé.
Yo le he dicho que ni de coña tenía coronavirus, porque no tengo fiebre ni nada de eso. Pero bueno, todo sea por la meada tan majestuosa e impresionante que he echado allí.
Y ya está, hamijos, esa es mi historia de hoy.
Y sin más que añadir, me despido afectuosamente.
@
Un saludo.
