El problema de raíz, la natalidad de Occidente

Los progres de la izmierda han envenenado a la sociedad manipulando la gran mente gregaria o mente colmena de las mujeres. Son muy poquitas mujeres las que desentonan de los cánones ideológicos de la izmierda, daos cuenta. Ahora las mujeres dicen que los treinta son los nuevos veinte y que prefieren "vivir la vida" y "disfrutar" teniendo relaciones por interés o conveniencia.

Casi ninguna quiere compromiso real, fidelidad, monogamia y castidad desde primera hora. Desde la adolescencia y pasando por todos sus veinte se montan en el carrusel de pollas y no deciden asentar la cabeza hasta que rondan o pasan los treinta. Sin embargo, no hace tanto, hace dos o tres décadas, pensaban en asentar la cabeza a sus veinte. La izmierda lo ha infestado todo.

Luego el tik tok y esas mierdas están infestados de vídeos de tias de 40-50 años que se arrepienten de haberse tragado el cuento de ser mujeres independientes y empoderadas, de enfocarse en triunfar profesionalmente, de viajar para colgar selfis en sus Instagram con templos budistas de Tailandia de fondo y de mover los glúteos en el gym intentando conquistar al entrenador de fitness.

Y un día despiertan siendo gordas, arrugadas, estando más solas que la una porque ya ningún tio las mira, habiendo reprimido artificialmente de cara a la galería su instinto maternal que la propia biología les otorgó y rodeadas de perros y gatos con nombres absurdos del tipo Escruchi y Pepo.