OLA K ASE
Os explicamos el origen histórico de la frase comodín para no ligar en ningún bar.
Ola k ase, preguntó la llama.
Últimamente me han echado de siete grupos de whatsapp, de dieciséis foros y de un par de cumbres políticas internacionales por comenzar mis discursos con tres palabras:
OLA K ASE. Creo que no se ha comprendido bien el alcance de esta expresión, que no es sólo una broma que nació con
la imagen de una llama.
El caso es que esta expresión es más antigua de lo que parece y no se queda sólo en esta foto, en un par de hilos de Forocoches y en
dos mil trescientos doce chistes de Twitter (el 74%, míos), sino que podemos rastrear su uso a través de la historia de Occidente. El mismo principio de 'La Ilíada' (
"Canta, oh musa...") no es más que una mala traducción (
"OLA K ASE, musa..."). Esta expresión llegó hasta siglos posteriores, como podemos ver en los diálogos de Platón:
"OLA, Hermógenes, hijo de Hipónico, K ASE", dice Sócrates, por ejemplo, en el Crátilo.
La frase pasa a
los romanos y, tal y como recogería el propio Shakespeare, Bruto saludó a Julio César con un
"OLA K ASE", a lo que César respondió con un
"OLA K KIERE", antes de recibir la primera puñalada de sus asesinos y morir después de dirigirse a su hijo adoptivo y recriminarle:
"K ASE BRUTO ME MATA O K ASE".
Esta expresión aparece como elemento fundamental en muchos textos escolásticos medievales. Por ejemplo, en este famoso fragmento de
Santo Tomás de Aquino:
"El proceso por el que una cosa mueve a otra no se puede prolongar indefinidamente puesto que en tal caso no se llegaría al primero que mueve y no habría motor alguno ni movimiento, pues los motores intermedios no mueven más que porque son movidos por otro. Por lo tanto es necesario llegar a un primer motor, que es el primero en decir OLA K ASE".
Como se puede apreciar, en la
escolástica se identifica el OLA K ASE con el logos, con ese discurso que es la realidad. Esta idea venía del judaísmo: la misma Guía de Perplejos del judío Maimónides se inicia con la pregunta perpleja por antonomasia (OLA K ASE), lo que llevaría a que la expresión cayera en mala fortuna en la época de la
Inquisición. Eso sí, la frase perduraría gracias a los rosacruces y a los masones, que utilizarían el OLA K ASE como parte de sus saludos secretos y para reconocerse los unos a los otros.
Sigamos con un par de ejemplos del
siglo XX: la contraseña para iniciar el desembarco de Normandía no fue "Mickey Mouse", sino "OLA K ASE". La confusión se comprende por el sonido similar de ambas expresiones, y más teniendo en cuenta las interferencias que habría en una radio de la época: recordemos que en los años cuarenta, las radios eran en blanco y negro.
Y ya en España, durante la
Guerra Civil, cuando Cándido Cabello telefoneó al coronel Moscardó, encerrado en el alcázar de Toledo, comenzó la conversación con un OLA K ASE TE RINDE O K ASE, que Moscardó contestó con un AKI CON LOS SOLDAOS EN EL ALKZR.
Estas tres palabras volvieron poco a poco a la alta cultura y, de hecho, el discurso de aceptación del Nobel que Jean-Paul Sartre había comenzado a escribir comenzaba con un OLA K ASEI. Por desgracia, y como rechazó el premio, el documento quedó olvidado entre sus notas hasta hace apenas unos años.
Actualmente, la expresión se utiliza a menudo en las barras de los bares, más o menos así:
-OLA K ASE TINVITO A 1 KOPA O K ASE.
-¿Por qué hablas así?
-K KIERE KIERE UNA KOPA O K KIERE?
-Me estás asustando...
-K GUAPA.
-Estoy... Estoy con unas amigas...
-ME DAS TU FEISBUK?
(Grillos).
Sí, son tres palabras incomprendidas y que suponen, de nuevo, que las personas con una especial sensibilidad nos sintamos aisladas y excluidas. Pero eso no debería extrañarnos. Ya no. Uno se siente muy solo en la cima. Y no hay muchas marcas de whisky. La cima es un asco.
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Iniciado por Roland
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