Tema serio Escribo esta MIERDA para DESAHOGARME

Escribo esta mierda para desahogarme mientras bebo una cerveza Amstel. Mi vida podría ser peor, lo sé, pero desde luego es de largo mejorable. Dos personas se besan en la pantalla. Al tipo le acaba de morder una araña en los huevos. De repente, a la tía le persigue una araña como queriendo morderle el culo. Me gustaría ser esa araña. Tras unos matorrales se ve a la araña entre una nube de polvo y se perciben los gritos de la tía. Para un espectador corriente y moliente probablemente la esté matando. Para un espectador como yo, probablemente se la esté follando. Me levanto y me asomo a la ventana. Una pareja se besa de forma melosa. Aquella visión me hace daño. Hace frío. Me vuelvo al asiento como una ratoncillo asustado. Mi vida definitivamente es una mierda. Noto que se me revuelven las tripas de ansiedad; le echo un trago a la cerveza y vuelvo a la normalidad. Todo perfecto. Las arañas vuelven a follar tías.

Este comienzo no está nada mal. Podría haber empezado este relato con algo más grandilocuente. Una frase para el recuerdo. Se escuchan gritos en la pantalla. Una araña ataca al entrañable y viejo doctor. A sus aplicados pupilos les entra el acojone total. Qué hijos de perra, huyen como ratas y no ayudan al entrañable y viejo doctor que tanto les ha enseñado. Me recuerdan a mí. Huyendo como una rata asustada de los problemas. Soy un hijo de perra. Mi madre no tiene la culpa de mis mierdas mentales, pero sí tiene la culpa de haberme echado de su coño. Debería haberme abortado a tiempo. Así ahorraría a más de uno perder su tiempo leyendo mis mierdas.

Lo jodido va a ser cuando me levante mañana por la mañana. Será como despertar de una pesadilla, pero a la inversa. Esa es la sensación. ¿A alguien le ocurre? Esa es la sensación. Joder. Estoy jodidamente jodido. Jodido pero de veras. No sé que cojones me pasa, pero sé que me pasa. ¿Por qué los gordos siempre mueren en las pelis? Me levanto y me asomo a la ventana. La pareja se ha ido. Vuelvo a la normalidad. Mi vida es un estado de alerta. Me echo un cigarro y miro a lo lejos: se ven luces de barrios periféricos, y más allá oscuridad. Me gusta mirar a lo lejos mientras me fumo un cigarro. Huelo a tierra mojada. Esa percepción es espléndida. Es música para mis sentidos. Pero me acuerdo que estoy vivo, y me vuelvo a la mierda. Estoy echo pura mierda. Sería más útil siendo abono para el campo. Al menos descansaría de una vez y ahorraría a más de uno leer mis mierdas. Este es mi relato de despedida en forma de prosa para gente noctámbula. Adiós, amigos.

EDIT.:

Como de costumbre, me he levantado con las tripas revueltas de ansiedad. He pegado un gruñido cuando me he dado cuenta de estar despierto. Era mejor estar dormido. Acababa de soñar que era estudiante. Y que visitaba a mi colega J a su facultad de magisterio. Me saludaba con una colleja cariñosa. Daría mi mano por una colleja de esas. Entrábamos. Parecía ir flotando de felicidad.

- Sácate ese cigarro..
-Estás de coña.
- Qué va. Puedes fumar donde quieras. Y beber. Hasta el saludo aquí se da en forma de follada. A mí me gusta saludar a esa - señaló a una chica rubia con bata blanca y cara aséptica. -Sólo tienes que decírselo al conserje- me indicó.


Entramos en un aula blanca, donde entraba un sol radiante. Pero nadie folló a nadie. No me importó. Me gustaría haber echado anclas en ese sitio, y quedarme allí para siempre.

-¿Se puede fumar aquí? - pregunté a la profesora. Reparé en un cartel de prohibido fumar en la puerta.

- Sí, sí puedes. Es aconsejable fumar aquí.

Me encendí el cigarro. Pero no me supo a nada, salvo a cigarro quemado.

Joder.. Ahí se acabó el sueño. Sonó el despertador que tenía programado para el sábado. Y el sábado me sonó el despertador que tenía programado para el viernes. Y el viernes me sonó el despertador que tenía programado para el jueves. Y el jueves...

Creo que llevo años sin desprogramar el despertador. Pero me da igual. Tarde o temprano me voy a morir. Y nadie, ni ese despertador, puede evitarlo. Quizá un día suene, pero yo no lo oiga. Probablemente ese día descansaré. Y dejaré de molestar a más de uno con las mierdas que escribo para desahogarme. Escribo esto nada más levantarme de la cama. Son las 15:49 de un domingo cualquiera. Un domingo espléndido, radiante de luz. Un domingo espléndido para no hacer nada. Adiós.