Montigny da un paso. Cambio
en don Diego, que le hace
frente
Pero la amparo yo, y os tengo el brazo;
movedle vuestras lanzas y sois muerto.
¡Aquí entra Diego Acuña y abre plazo
á lo que manda el Archiduque Alberto!
Rasga la orden del Archiduque. Retrocede Montigny,
espantado.
¿Vacilaréis?... ¿Y es justo en este trance,
capitán, que el deber no se os alcance?
MONTIGNY
Apurado.
Monseñor Consejero...
DON DIEGO
¿Quién me llama,
pues falté á la justicia, de esta suerte?
A las lanzas, entregándose.
Soldados: por España y por mi dama,
llevadme á las prisiones ó á la muerte.
MAGDALENA
Da un paso hacia él.
¡Diego!
DON DIEGO
Frío, señalando á los perseguidos y á Juan Pablo.
Libres ya son.
Magdalena, Juan Pablo y dos demás quieren oponerse al gesto, dándose á las lanzas.
A las prisiones, capitán Montigny!... ¡Nunca traiciones
hizo esta espada, pero está partida;
- La rompe en dos mitades.
con ella rota, rota va mí vida;
Entrega la espada, haciéndose prisionero, al capitán.
¡disponga el cielo de mi suerte ahora!
Vuelto á Magdalena, con
sencillez.
¡España y yo somos así, señora!
Da orden él mismo al pelotón y salen. Magdalena y Juan Pablo están abrazados.