Noticia Evolución del consumo. Adicción y drogas en España: 1975-2020

A mediados de los años 70 y en los 80 del siglo XX solíamos hablar del problema de la “droga”, refiriéndonos con ello a la heroína. Hoy esto ya no es así. El consumo de drogas ha adquirido carácter epidémico en las sociedades desarrolladas en las últimas décadas, tanto referido a drogas legales como ilegales, junto a las adicciones comportamentales, como el juego patológico y la adicción a los videojuegos.

Además, España, por el lugar geográfico que ocupa, es punto de entrada de drogas para toda Europa desde África y América. En parte por ello somos uno de los principales consumidores de drogas ilegales del mundo, sobre todo en jóvenes de 14 a 35 años. Los datos epidemiológicos del consumo y problemas de dependencia que producen son hoy muy importantes. La droga más consumida es el cannabis, la cocaína y el éxtasis (consumos en los últimos 12 meses del 11%, 2,2% y 0,6%, respectivamente; año 2017). El resto de las drogas ilegales están mucho menos extendidas (ej. el 0,1% para la heroína). En estudiantes de 14 a 18 años de la ESO, el 27,5% ha consumido cannabis, el 2,4% cocaína y el 1,9% éxtasis en el último año (año 2017); la heroína la probó al menos una vez el 0,5% de ellos en el último año.

Las epidemias
1975 y en adelante: la heroína
El problema de las drogas en España no aparece en toda su crudeza hasta mediados de los años 70, facilitado por el final de la dictadura e inicio de la democracia, con nuevas libertades hasta ese momento desconocidas, la mejora de la situación económica y la apertura a todo lo nuevo. En pocos años, una vez introducida la heroína, teníamos un grave problemas sanitario (ej. alta mortalidad por sobredosis, infecciones por el VIH), de orden público y seguridad ciudadana (ej. en la época más dura se atracaban en España tres farmacias al día por parte de heroinómanos para conseguir opiáceos), y una enorme alarma social. En aquel momento un 1% de la población consumía heroína, sobre todo inyectada, de ahí su poder adictivo, peligrosidad, contagio de enfermedades por compartir jeringuillas y alta mortalidad por sobredosis. Esto favoreció el surgimiento de Centros de Tratamiento por toda la geografía nacional y la creación del Plan Nacional sobre Drogas en 1985. También en aquel momento había un gran número de comunidades terapéuticas, sobre todo privadas, para el tratamiento de los pacientes heroinómanos en régimen de internamiento, aunque no de tipo profesional.

1990 y en adelante: la cocaína
La cocaína se introdujo a partir de los años 80 y 90. Sus efectos epidémicos no fueron apreciables hasta mediados y finales de la década de 1990. Hoy es la principal demanda de tratamiento, junto al cannabis. Los heroinómanos están hoy en su gran mayoría en programas de metadona.

También las drogas de síntesis hicieron su irrupción con la vida recreativa, el turismo, la diversión, pero no han llegado a la extensión y gravedad de la heroína o cocaína, sobre todo porque la cocaína es abundante, barata, de gran pureza y más eficiente para los consumidores. Otras drogas, como anfetaminas, alucinógenos (ej., LSD, hongos alucinógenos), tienen más un fin experimental que de consumo regular.

2010 y en adelante: el cannabis
La nueva droga problemática en la actualidad es el cannabis. En España se introduce masivamente en forma de hachís, desde el norte de África, para luego ser distribuida por toda Europa. Hay una baja percepción de riesgo ante su consumo, pero las demandas de tratamiento no dejan de incrementarse año a año. También sus efectos negativos (ej., de las urgencias hospitalarias en España por drogas, el 35% de ellas fueron por cannabis; el primer lugar lo ocupa la cocaína con el 43%; la heroína sólo el 10% de ellas).

1985 hasta hoy: El juego patológico, el juego online y las casas de apuestas
Desde mediados de los años 80, desde la legalización de los juegos de azar, hasta hoy, el juego de azar viene causando graves problemas. Hoy asistimos al nuevo problema del juego online y casas de apuestas. Es otro grave problema adictivo.

Hitos relevantes sobre las drogas en España en las últimas décadas La creación del Plan Nacional sobre Drogas
En el año 1985 se crea el Plan Nacional sobre Drogas. La gravedad del problema de la heroína en España obligó a crear un organismo nacional que coordinase todas las acciones para contenerlo.

Hasta los años 70 el consumo de drogas en España era anecdótico. El número de consumidores era esporádico y con consumos poco problemáticos, sobre todo de cannabis, por los soldados que volvían de África, y de anfetaminas, en estudiantes y otros colectivos. El consumo de heroína, inyectada, empieza a finales de los años 70. Es en los años 80, y luego en los 90, cuando el consumo de heroína inyectada acarrea graves problemas, con una alta mortalidad por sobredosis, luego agravado por la aparición del VIH. Fue la época en la que en España el consumo de drogas era el segundo o tercer problema para la población, junto al paro y el terrorismo. En el punto álgido de la epidemia, en 1991-1992 se producían 1.700 muertes anuales, todas en jóvenes de 18 a 39 años. Con el SIDA las muertes llegaron a 4.300 en el año 1995. Por suerte, en la actualidad, la mayoría de los heroinómanos no se inyectan la heroína y están en programas de mantenimiento con metadona. Por contra, en los últimos años se ha incrementado el consumo de otras drogas, las recreativas (ej., cannabis, cocaína).

El baby boom, la aparición de nuevas profesiones y el consumo de heroína
En los inicios de la epidemia de la heroína aparecen en España los adolescentes o adultos jóvenes de la generación del baby boom, de ahí la gravedad del problema. Destaca, de 1985 hasta el año 2010, aproximadamente, que el tratamiento de las adiciones es psicosocial o biopsicosocial. El papel de los psicólogos es central, como igualmente lo es el de los trabajadores sociales. La mayoría de los centros de drogas están dirigidos por psicólogos, el tratamiento predominante es psicosocial (con el foco puesto en el individuo, la familia y el entorno social), complementado con el médico (enfermedades físicas). El número de centros y programas no dejan de crecer, y tienen una buena valoración social. Algo semejante ocurre con los programas preventivos de drogas. Hay un claro apoyo social a la dura labor que hacen los profesionales de los Centros de Drogodependencias. El tema de las drogas está en la agenda social.

La lucha contra el narcotráfico
Un aspecto importante, paralelo al tema del consumo de drogas, fue el del narcotráfico. Creó una enorme alarma social. En pocos años nos convertimos en puerta de entrada de cocaína y hachís para el resto de Europa, y país de tránsito de la heroína. Las redes de narcos eran hasta ese momento desconocidas. Inicialmente se padecieron las mismas en algunas zonas marítimas de Galicia, haciéndose famosos los desembarcos de alijos, sobre todo de cocaína, procedentes de Latinoamérica. Con ello se creó una tupida red de narcotraficantes por todo el país. Fue un nuevo problema al que se tuvieron que enfrentar las fuerzas de orden público y la justicia en los años 80 y 90 con un alto nivel de intensidad.

Fue en esa época cuando se desarrolla intensamente la prevención de drogas en España, que llega a altos niveles de implantación y calidad, con una continua formación de los profesionales, que luego descendería al reducirse drásticamente los presupuestos dedicados a la prevención, sobre todo por la crisis vivida a partir del año 2007, situación que se sigue manteniendo actualmente. En cambio, la crisis económica apenas afectó al personal de los centros de drogas porque éstos ya estaban consolidados.

La conciencia social ante un grave problema y el surgimiento de múltiples recursos de tratamiento, reinserción y preventivos
En 1983 había 170 centros dedicados al tratamiento de heroinómanos, a mediados de los años 90 llegaban a 500. Las sobredosis por heroína eran frecuentes (ej., de 700 a 800 muertes al año, de media, en sus inicios). De ahí la necesidad de intervenir en este grave problema social y hacerlo de modo eficiente.

En ese momento predomina el abordaje bio-psico-social del trastorno, con desintoxicación, deshabituación psicológica y acompañamiento social. En ese momento es escaso o inexistente el abordaje psiquiátrico. Sólo se acudía al médico para las enfermedades físicas causadas por el consumo.

Como ejemplo, en los centros públicos españoles, fueron admitidos en 2017 un total de 46.799 personas a tratamiento por sustancias psicoactivas, excluyendo el alcohol y tabaco. Las demandas son por cocaína (43,1%), cannabis (27,6%) y opioides (24,9%), fundamentalmente. Por abuso o dependencia del alcohol se admitieron 25.753 personas en distintos centros A ello hay que sumar otros 60.000 en tratamiento con sustitutivos opiáceos, sobre todo metadona.

Proyecto Hombre surge en los años 80 y en pocos años se extiende por toda la geografía nacional con múltiples programas, inicialmente dirigidos a la heroína. Con el paso del tiempo se extiende al resto de drogas, tanto en lo referido al tratamiento (ambulatorio y comunidad terapéutica) como a la prevención e incorporación social.

La prevención siempre fue la pariente pobre en el tema de las drogas, con pocos recursos para la misma y con frecuencia con uso de metodologías y programas poco eficaces. En las primeras décadas predominaban las charlas, la apelación al miedo y procedimientos de tipo informativos, todos ineficaces para prevenir el consumo de drogas. Hoy disponemos de buenos programas preventivos, que no se usan apenas o que no están generalizados. La prevención es una asignatura pendiente.

La reinserción social se inició tímidamente. En las últimas décadas se ha avanzado mucho en este aspecto, aunque queda camino por recorrer.

Formación e investigación
Cuando surgió el problema de “la droga” el desconocimiento sobre ellas era enorme. Hoy, por el contrario, somos un país puntero en su formación e investigación. Se han puesto en marcha, a lo largo de las décadas pasadas, programas formativos, cómo Másteres, en los que han participado miles de profesionales de la salud y del campo social, estando varios de ellos en funcionamiento actualmente. En los programas de las universidades se han incorporado asignaturas de drogas y adicciones, o temas como parte de programas de otras asignaturas. Al tiempo, la investigación sobre drogas ocupa un lugar destacado, por la relevancia de la problemática, los afectados, y el disponer de algunos recursos para ello.

¿Dónde estamos hoy?
Se ha recorrido un largo trecho en pocas décadas. Hoy tenemos luces y sombras sobre lo que está ocurriendo actualmente. Tenemos luces, como que disponemos de una extensa red de tratamiento de los drogodependientes, aunque la mayoría de ella no está en el sistema público, o integrado en el mismo. En la mayoría de las CCAA son una red paralela a la pública. Esto a veces permite un mejor funcionamiento, una mayor eficiencia, una mayor libertad, pero ello lleva también a disponer de menos recursos, por la potestad de la administración de financiar en mayor o menor grado o, con la crisis, recortar los presupuestos asignados para dichos centros o programas.

Otro dato relevante es que los profesionales que trabajan en este campo están muy motivados. La temática, difícil, social, muy humana, exige una gran implicación personal y profesional, de ahí el alto nivel “vocacional” y de ayuda a los demás.

Pero también tenemos sombras. Hoy la población no considera a las drogas como un problema. De ser el problema social número dos de preocupación de los españoles, en la encuesta del CIS de 1994 (51,6%), hoy ocupa un puesto anecdótico, con un 0,2% de preocupación (2019), a la cola de los problemas sociales. Erróneamente, la población cree que el problema de las drogas está resuelto, o que no es preocupante.

Erróneamente, la población cree que el problema de las drogas está resuelto, o que no es preocupante
Y estamos viviendo el nuevo movimiento de la biologización de las adicciones. Si en las décadas previas eran pocos los psiquiatras a los que les interesaba el tratamiento de las personas drogodependientes, y los que se dedicaban al tratamiento tenían los mismos principios bio-psico-sociales que los psicólogos y los trabajadores sociales del campo, desde el año 2010 aproximadamente, una parte importante de los psiquiatras, sobre todo los de corte biologicista, cambian de paradigma ante las adicciones, tanto en Estados Unidos como en España. De ser considerado un trastorno mental y del comportamiento empiezan a considerarlo una enfermedad, una enfermedad cerebral. Las consecuencias de esto han sido claras: mayor potenciación de los tratamientos psiquiátricos; mayor biologización de los trastornos adictivos; introducción de la comorbilidad (denominada patología dual en España) que facilita medicar a casi todos los adictos, lo precisen o no; la presión psiquiátrica para que se incluyan las adicciones en el Sistema Nacional de Salud, que es el campo que ellos controlan y donde están más seguros, etc.

Decía ya de la Fuente en 2006: «en las últimas décadas España ha sido uno de los países del mundo donde las consecuencias del uso de drogas ilegales han sido más desastrosas para la salud pública y, sin embargo, las evaluaciones de las políticas públicas sobre drogas han sido y siguen siendo muy autocomplacientes» (p. 513). Por desgracia, hoy tenemos que seguir afirmando lo mismo. En todo caso, hay muchos profesionales motivados para seguir en la brecha. Aunque muchos no lo ven, el problema de las drogas sigue estando vigente; o más bien, “más vigente que antes”.

Fuente:

https://proyectohombre.es/articulos/...ana-1975-2020/