buena novelita ligera para adolescentes la de Medio Rey. No sé si me identifico como Yarvi. Pero no se me ocurre mejor capitana, piadosa con sus cachorros esclavos en galeras, que una flor grande que ha crecido " a cualquier precio".
el cansancio no me dá para tochos. Pero éste libro sí que cayó rápido en una mañana.
Me encantó la descripción de la mandamás que hace Abercrombie. Esa capitana Ebdel como paradigma de una singular piedad. Para los mediterráneos enamorados del concepto de mujer autosuficiente hay dos grandes aspectos:
La mujer como destructora. Ya sea Kali como expresión de la Shakti Primordial en su faceta de final ineludible de todo lo que un día se irguió , y osó ostentar, o la Leona mesopotámica, de reinos como el de Nemrod, como símbolo de lo femenino poderoso en su proyección en la polis o como simple resulta del orden natural.
La mujer como fuente de piedad. En ocasiones como " debilidad" coincidente paradójica con la fuerza. Como en el caso de Ebdel Aric. O por un papel asistente al hijo del hombre. Única posibilidad en las machistas teocracias. Hasta la simple nutricia piadosa que amamanta al paria. En " eso", la monja sí me pone...
Dado su carácter de " fuerza". La femme no siempre pone en duda en sus palabras el orden. Pero sí que aprende a capotear en lo establecido para sobrevivir. En ocasiones para auxiliar. Es por eso que cuando detestamos el orden debemos de aprender a no involucrar en la responsabilidad de su existencia a aquellas que en realidad nos ayudarían si pudieran. Es por eso que no podemos verlas como orígen del problema sino tan víctimas como nosotros. De ese problema que no es otro que la imposibilidad de transcender la naturaleza sin el daño colateral de esa otra intemperie llamada " sociedad".
más que tú pero menos que mañanaEl mensaje está oculto porque el usuario está en tu lista de ignorados.