Fantasías orientales y cosas ilógicas. (Sueño extraño.)

Hola a todos/as:

Os voy a contar un sueño extraño que tuve la pasada noche. Este sueño mezcla diversas situaciones extrañas que no tienen ningún sentido ni lógica interna, pero sin embargo en el sueño todo parecía ser tan real.

Pues bien, primero, aparecemos mis amigos y yo escalando por una especie de cascada que salía por la ventana de un edificio y que para acceder a dicho edificio había que escalar por una especie de montaña hasta entrar por una especie de puente de cristal en cuyos extremos se enganchaba un arnés de sujeción.

- ¡Qué belleza! ¿Cómo puede haber algo tan singular en este mundo? Es increíble. -dije yo a la par que intentaba escalar dicha cascada.

- ¿Te gusta? Es muy bonita, sublime y de una belleza que quita el aliento a cualquiera que la contempla. Venga, vamos, sube, sube. -decía uno de ellos cuya identidad me es desconocida.

De repente notamos como el pasillo ese raro de cristal empieza a ceder.

- ¡Oye! ¡Eh! ¡Eh! Que se rompe, joder, que se rompe. -dije yo siendo víctima del pánico.

- ¡Cálmate que ahora vamos a por ti! ¡Cálmate! -decían ellos.

Yo estaba al principio de la entrada de aquel pasillo raro porque finalmente ya había escalado hasta enganchar una cuerda con un arnés e ir escalando por las piedras a duras penas.

- ¡Socorro! ¡Socorro! ¡Joder, que me caigo, que no lo cuento! ¡Joder, joder, joder, joder! -decía yo preso del pánico.

Se oía el cristal crujir y, para postre, uno de mis amigos empezó a balancearlo hasta romperlo de todo y de repente quebrar.

- ¡hijos de perra! ¡Cabrones! Si sobrevivo me las vais a pagar, malnacidos de mierda. -dije yo quemado por la irracionalidad de sus acciones.

De repente el cristal quiebra y yo me caigo.

- ¡Aaaaaaaaah! ¡Jodeeeeeeer! ¡Jodeeeeeeeer! ¡No quiero morir, quiero ir a China y que se mueran de envidia los cabrones de mi pueblo! -decía yo enloquecido por su incompetencia.

- ¡Tranquilo J! Aterrizarás bien pues el suelo está mojado. -decía uno de aquellos vulgares subnormales de mierda.

Me caí mas no me hice nada. Después como se había roto la cuerda pues ya no había manera de subir por mis propios medios, pero de repente apareció una figura sublime que cambiaría el rumbo de las cosas. No fue ni más ni menos que el Dalai Lama.

- ¡Tú, joven, que buscas el conocimiento y la verdad a toda costa, deja que yo te suba hacia lo que es hoy día tu destino! -decía aquel hombre con voz sublime y encantadora.

- ¿¿¿Qué??? ¡¡¡El Dalai Lama!!! Esto es increíble, soy el elegido. -dije yo con cara de místico vicioso del Final Fantasy II.

- Aquí te dejo. Pásalo bien. Ya estás en el gimnasio donde pronto aparecerán los juegos. -dijo él.

- ¿Juegos? ¿Qué juegos? – dije yo un tanto extrañado.

Mas aquel hombre se fue volando así sin más. De repente me encuentro yo en una especie de clase como de artes marciales en la que había negros pero que consistía en aguantarte tus ganas de pegarle al rival que tenías enfrente de ti.

- Bienvenidos/as todos/as. Estamos aquí en esta clase de aguantar la rabia para ver cuanto duráis sin golpear al rival. -decía una especie de instructor que había allí.

Yo tenía enfrente de mí a un negro con cara de ironía y algo me hizo lanzarle un gancho de derecha y tumbarlo en el suelo mas este se levantó rápidamente.

- Maldito hijo de perra. Tú no representas la tolerancia progresista de estos tiempos venideros. -dijo él.

- Yo soy el gran viajero que con sus habilidades comunicativas conquistará a los alumnos/as de medio mundo proporcionándoles el conocimiento del triunfo y del éxito ya sea a corto o largo plazo. -dije yo.

- Tú tienes que pagar por todo esto. ¡Traidor a la Nueva España Negra! -dijo él.

- Yo no soy facha y me da igual este país. Estoy deseando irme a China y continuar mi extirpe allí. Yo soy normal -dije yo con voz firme y seria.

- No. Esto no puede ser así. Ahora mismo te perseguiremos todos y te lavaremos el cerebro a base de buenos jabs faciales de boxeo tradicional cada vez que cruces una esquina. -dijo él.

- ¡Y una mierda! -dije yo.

- ¡Venga muchachos! Hay que hacer que se arrodille ante nosotros el facha este de mierda. -dijo el negro ese raro al que yo había golpeado.

Me fui corriendo y todos fueron a por mí. Giré a la derecha por una especie de facultad rara que estaba vacía. Subí dos pisos jadeando y luego encontré la puerta medio abierta de un cuarto oscuro en el que me metí sin pensármelo dos veces.

- Por fin me libré de ese montón de locos. Esperé un rato, salí y descubrí que estaba en una especie de aeropuerto con letras chinas por todas partes y allí había seis personas y con cada una tenía que descubrir una pista para obtener una respuesta.

Para la primera tenía que escaquearme de ella y llegar a cierto punto. Fue fácil. Para la segunda tenía que tirarme por un tobogán mientras gritaba todo el rato “¡Que me violan, que me violan!” encarecidamente.

Para el tercero y el cuarto tenía que pasar entre ellos cuando estuvieran de espaldas sin que me vieran hasta llegar a cierto punto pasando por una puerta. Para el quinto simplemente tenía que empujarlo y tirarlo por las escaleras y para el sexto, que resultó ser el negro con quien compartía habitación, tenía que responder una pregunta: ¿qué es lo más importante en la religión cristiana de un individuo?

Para esta última le tuve que decir que me diera una pista a lo cual él me dijo: ‘If you want to delight your senses with sacred and holy knowledge, then you will have to use your eyes to make those words be yours in your brain.’ A lo cual yo le dije pasado un rato: ‘It’s the Holy Bible, isn’t it?’ Y aquel me dio un bol de avena con leche de almendras, miel, canela y avena por supuesto para que me lo tomara y prosiguiera mi viaje.

Luego aparezco yo en una gasolinera donde me encuentro a una amiga mía de Hong Kong cuya apariencia es la de una chica asiática delgada, con cara sensual, mirada seductora y voz brusca, pero con aire de Femdom o ‘Feminine Domination’. Pues bien, me dirijo yo a aquella y empezamos a hablar.

- ¡Hola! ¿Cómo estás? Supongo que sola como siempre. Siempre nos podemos degustar el sabor de nuestros labios y disfrutar de algo más.

- Sí, la verdad es que sí. ¿Eso te pone? ¿No?

- No te digo nada, la respuesta se deducirá del contexto. -dije yo con voz de alfa.

Disfrutamos del momento y de repente viene un amigo mío pakistaní y nos tomamos unas cervezas raras.

- Hola J., ¿qué tal? ¿Aquí con ella un rato? -dijo con voz parcialmente interesada.

- Sí, la verdad. Recordando viejos tiempos como cuando estábamos en Newcastle y éramos normales. -dije yo con voz neutral.

- Me encanta veros aquí, la verdad. Es como en el 2012. -dijo ella.

- Sí, pero ahora tengo experiencia y dos másters y no soy un fracasado de mierda. -dije yo con voz prepotente con la intención de que me atara a la mesa y me violase.

- Eso habrá que verlo. -dijo ella haciéndose la interesante.

De repente aparezco yo en mi pueblo buscando un restaurante indio para cenar y decantándome por uno que sirviera peshwari naan con coco rallado dentro, pues eso me despertaba en mí un enorme interés por la recompensa oculta.

- Joder. No encuentro un restaurante indio decente. Todos son putos kebabs. -dije yo con voz decepcionada y un tanto medicinal.

Luego cojo un monociclo que va automático hasta llevarme a la Avenida Sudoeste en la rotonda de la cual me bajo de un salto y casi me rompo la rodilla.

-Joder. Aquí hay muchos restaurantes indios. Debo controlarme. Los olores y aromas me conquistan la mente. -dije yo con voz viciosa y de frustrado fugado.

Al final encuentro un restaurante indio decente, pido la comida y para mi desgracia se acaba el puto y asqueroso sueño de mierda.

¿Qué creéis que puede significar dicho sueño?

Saludos.

Kanikuly.

Me ha encantado, se te ve con ganas de viajar.