Gonzalo guerrero, el español que se volvió maya
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Gonzalo guerrero, el español que se volvió maya
Fue el primer español en asentarse y adoptar las costumbres de los indígenas; luchó junto a los mayas hasta 1536 y es considerado uno de los padres del mestizaje.

Cuando el espejismo del mundo real se revela en su mediocridad y las dimensiones de la conciencia se expanden hacia el infinito, surge la libertad, y las zonas de sombra en las que vivimos quedan alumbradas en su pequeña integridad. Eso debió sucederle a un veterano de los temibles tercios bragado en las trifulcas que bordeaban los colosales contornos de nuestro antiguo imperio.
Un día de una primavera temprana, este hombre, portador de docenas de arrugas de lectura sabia y de cicatrices obtenidas en todas las latitudes, estaba enfrascado en un momento de contemplación y de comunión con el mar. Sentado en una roca, veía la cadencia de las olas batir sus pies y sus recuerdos mientras miraba la línea de fuga del horizonte, lugar donde se refugia la esperanza y anidan los sueños.
Mientras todo esto acontecía, la rivalidad entre los estados mayas, ya centrifugados de su antigua cohesión y en una disputa permanente, había mostrado el camino a seguir por la tropa española. El divide y vencerás era la carta de presentación mas elemental de cualquier estratega en una situación de esas características, y la constante que se encontrarían Cortés y Pizarro en sus respectivas áreas de influencia.
Quiso la accidentalidad que en el año del Señor que todo lo ve pero nunca interviene, un dieciocho de agosto de 1511, alrededor de veinte desesperados náufragos de una expedición proveniente de Panamá que habían embarcado en una destartalada nao, fueran presa de los desquiciados elementos en medio de un océano despiadado y de un cosmos silencioso en su muda y espectacular belleza. Mientras eran arrastrados por las corrientes hacia Yucatán, se produjeron escenas de canibalismo en medio del pánico general y de la indefensión propia del abandono de gentes exhaustas y sin respuesta. El viaje –si es que así se le puede llamar a aquella experiencia dantesca–, sería una bajada al infierno en medio de la nada.

Guerrero llegó a América en una expedición marítima con destino a “La Española”, en Cuba. Días después de zarpar de Darién, en Panamá, la embarcación naufragó cerca de la Península de Yucatán y 18 de los 20 sobrevivientes del naufragio fueron asesinados por los cocomes.
En aquella precaria balsa, Gonzalo Guerrero y sus compañeros de infortunio, se vieron en la desesperación mas absoluta abandonándose a la más radical irracionalidad.
Para más abundamiento e irónicamente a la postre, al desembarcar, irían a parar al estómago de los llamados Cocomes, unos caníbales doctorados en la gestión de multitudinarias barbacoas; dieciocho de ellos se convirtieron en exótica proteína.Tras el festín, quedaron en el limbo dos personajes de una singularidad asombrosa, habida cuenta de los recursos que exhibieron para la obtención del perdón de aquella marabunta desatada.
Uno era Fray Jerónimo de Aguilar, que sacó a relucir un espejo al que daba un uso prosaico para acicalar su tupida barba y que obró milagros instantáneamente. A la vista de la tardanza de los enfervorizados nativos en hacer una hoguera premonitoria con madera de humedal que se resistía a arder, el español en un arrebato temerario, encendió, a la voz de ya, un fuego reparador transformando la benefactora luz del astro rey en una retahíla de reverencias que convertían la afamada etiqueta japonesa, en algo superado por la eficiencia reverencial que mostraban los asombrados antropófagos. El espejo y la física había hecho un buen trabajo.
Únicamente Gonzalo Guerrero y el fraile Jerónimo de Aguilar lograron escapar, pero al poco tiempo, fueron tomados prisioneros por H’Kin Cutz, cacique de Xamancaan. Mientras Guerrero se adaptó hasta integrarse a la cultura maya, Jerónimo de Aguilar se mantuvo fiel a su cultura y religión no sin dificultad:
...Y porque es malo de conoscer el corazón del hombre y el cacique era sabio y deseaba ocupar a Aguilar, como después hizo, en cosas de mucho tomo, viendo que vivía tan castamente que aun los ojos no alzaba a las mujeres, procuró tentarle muchas veces, en especial una vez que le envió de noche a pescar a la mar, dándole por compañera una india muy hermosa, de edad de catorce años, la cual había sido industriada del señor para que provocase y atraxese a su amor a Aguilar; dióle una hamaca en que ambos durmiesen. Llegados a la costa, esperando tiempo para entrar a pescar, que había de ser antes que amanesciese, colgando la hamaca de dos árboles, la india se echó en ella y llamó a Aguilar para que durmiesen juntos; él fue tan sufrido, modesto y templado, que haciendo cerca del agua lumbre, se acostó sobre el arena; la india unas veces lo llamaba, otras le decía que no era hombre, porque quería más estar al frío que abrazado y abrigado con ella; él, aunque estuvo vacilando, muchas veces, al cabo se determinó de vencer a su sensualidad y cumplir lo que a Dios había prometido, que era de no llegar a mujer infiel, por que le librase del captiverio en que estaba.
Cuando vivía como esclavo, el moribundo jefe maya Taxmar lo reclamó, ya que tenía buena fama de ser un gran estratega militar, y les enseñó nuevas formaciones de ataque y defensa. Lo hizo ensayar cuadros de ataque y formaciones de defensa que permitían hacer relevar a los soldados, generando en la guerra contra los Cocomes una “falange macedonia”, dándole la victoria al ejército del jefe Taxmar.
Poco después, por su condición de esclavo, el jefe Na Cha Can lo regaló a su Nacom Balam ( jefe guerrero).
Un día Nacom Balam cruzó un río y fue atacado por un caimán y, en vez de aprovechar la oportunidad para escapar, Guerrero luchó contra el caimán y le dio muerte. Al ver esto, Nacom Balam le otorgó la libertad.
Una vez libre, Guerrero se dejó hacer los tatuajes y las perforaciones propias de su rango militar. Siempre llevó sus guerras hasta la victoria, alcanzó el grado de Nacom Balam y se casó con la princesa Zazil Ha.

A la llegada de Cortés, éste le envió cartas para rescatarlo. Dispuso entonces que los buscaran y que los rescataran para que se unieran a su expedición. Fue así como Jerónimo de Aguilar, oriundo de Ecija, se enteró de la llegada de Cortés y fue a otro pueblo en busca de Gonzalo Guerrero, para llevarle la grata nueva. Menuda sorpresa debió de llevarse Aguilar, pues ante la noticia de que naves españolas los esperaban en Cozumel, Guerrero respondió con estas palabras, que han quedado grabadas en la historia y que llegan a nosotros gracias a Bernal Díaz del Castillo, quien las relata en su Historia verdadera de la conquista de Nueva España:
“Hermano Aguilar, yo soy casado y tengo tres hijos, y tiénenme por cacique y capitán cuando hay guerras. Id vos con Dios, que yo tengo labrada la cara y horadadas las orejas. ¿Qué dirán de mí cuando me vean esos españoles ir, de esta manera? Y ya veis estos mis hijicos cuán bonicos son”.
La mujer de Gonzalo Guerrero, Zazil Ha, no se quedó atrás e increpó así a Jerónimo:
“Mira con qué viene este esclavo a llamar a mi marido; íos vos y no curéis de más pláticas”.
Aguilar tornó a hablar a Gonzalo, que mirase que era cristiano, que por una india no se perdiese el ánima, y si por mujer e hijos lo hacía, que los llevase consigo si no los quería dejar. Y por más que le dijo y amonestó, no quiso venir.

Gonzalo Guerrero junto a Hernán Cortés
Finalmente Jerónimo llegó ante Cortés, quien en un principio no lo reconoció: su piel era morena por el fuerte sol peninsular, ya que trabajaba en las sementeras cultivando, y estaba ataviado como indígena, además de que tenía cortado el cabello como esclavo. Según Díaz del Castillo, hablaba mal el castellano, “mal mascado y peor pronunciado”, pues había pasado ocho años entre los mayas y había aprendido su idioma, en detrimento del castellano. Guardaba celosamente un libro de Horas, pues era diácono.
Incorporado a las huestes expedicionarias, Jerónimo de Aguilar desempeñó un relevante papel como traductor en la empresa conquistadora. ¿Cómo ocurrió esto? Resulta que al pasar Cortés por Tabasco, se le entregaron varias mujeres indígenas, entre ellas Malintzin, La Malinche, pues de ella se trata, hablaba el náhuatl y el maya. Así que cuando meses más tarde las fuerzas españolas llegaron al altiplano, en donde predominaba el idioma náhuatl, Cortés hablaba en español a Jerónimo de Aguilar, éste a su vez se dirigía a la Malinche en maya y ella lo traducía al náhuatl.

Malinche ejerciendo de intérprete para Cortés
En julio de 1531, el capitán Dávila partió con una fuerza hacia el sitio que hoy es Chetumal, donde suponían que vivía Guerrero y existían minas de oro. Sin embargo, encontró un lugar en abandono y, pese a que más adelante tomó a algunos mayas prisioneros, lo engañaron diciéndole que Gonzalo Guerrero había muerto de forma natural.
En realidad, Gonzalo Guerrero murió en 1536, cuando se enfrentaba a las tropas del capitán Lorenzo de Godoy para ayudar, con cincuenta canoas, a Çiçumba, gobernador de Ticamaya (Honduras), en el valle inferior del Río Ulúa.
Su agonía no fue muy prolongada: una flecha de ballesta se clavó justo en su ombligo y le atravesó hasta el costado. Luego, un disparo de arcabuz remató al que fuera arcabucero. Sus hombres le sacaron del campo de batalla y le escondieron detrás de unas palmeras.
Todos sabían que había llegado su hora, así que ninguno intentó extraerle la flecha por no aumentar su sufrimiento o acelerar su fin. Sólo pidió a sus más allegados que cuidaran de sus hijos y, al resto de sus hombres, más de un millar, que siguieran combatiendo. Pero el combate fue encarnizado. Tuvieron que replegarse y el cadáver de Guerrero quedó en campo enemigo. Algunos españoles afirmaron luego haberlo visto “tatuado y vestido como un indio, pero barbado como un cristiano”. Durante la noche, algunos de sus hombres rescataron su cuerpo y como postrero homenaje, lo lanzaron al río Ulúa, para que la corriente le llevara hasta el Océano de donde vino.
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ForoParalelo: Miembro
España, país tan fecundo en héroes que hasta para otras naciones los cría
Última edición por Buster Keaton; 13/11/2016 a las 13:16
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ForoParalelo: Miembro
-Posteó Diggernick. ''Interesante'' -Pensé.-
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ForoBoniatos/ForoCebollas
¿Es usted el tonto de ForoMayas? Firme aquí.
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AutoBanned
Elcano, Cervantes, el inventor del sistema fregona-cubo de enjuagar...
Buceando en nuestras entrañas, confirmas que España es un pais muy molon.
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ForoParalelo: Miembro
El primer follapanchis de la historia
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ForoParalelo: Miembro
Menudos piercings más guapos se hizo, menuo jister de esos.
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AutoBanned
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ForoParalelo: Miembro
Grande Fray Jerónimo, fiel al monacato.
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Nancy: Becario
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ForoParalelo: Miembro
Sufrio un proceso de panchiasis
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ForoParalelo: Miembro
parece que los progres no son cosa de estos tiempos
maldito follatiraflechas
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Manuel6494

Iniciado por
Aquinate
Grande Fray Jerónimo, fiel al monacato.
Aguantó como un campeón Aguilar la verdad es que la historia de ambos es curiosísima. Uno cede, el otro resiste. Ni aposta.
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*G H E TT O * S H I N Y*

Iniciado por
Sr. Barbosa
Sufrio un proceso de panchiasis
Fue mortal de necesidad.
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ForoParalelo: Miembro
Desconocía esta historia, buen aporte.
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Manipuleitor de Hasbara
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ForoParalelo: Miembro
Buena historia.
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ForoParalelo: Miembro
seguro que es otra manipulacion histórica de la masonería. Quien en su sano juicio se uniria a una cultura basada en los sacrificios humanos y el canibalismo?
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