Iniciado por
Jaume de Ponts i Mateu
¿Nos conocemos, mi muy estimado señor Aritza? Ya me disculpará..; mais, ¡ay!, no recuerdo. ¿Podría usted ayudarme a hacer memoria?
Va; va; va, estimado caballero... Una cosa, sea como sea, es indudable: la casa es nuestro pródigamente generoso anfitrión. Otros adjetivos son, si acaso, SIEMPRE muy OPINABLES; ¿no cree?
¡Por supuesto, señor Aritza!, ¡faltaría plus! Diga, diga, diga...
A ver, a ver, a ver..; anem a pams, como se dice en mi amada patria..; usted, cuando habla de «el pueblo romano».., ¿tiene en cuenta que, pongo por caso.., los classiques ABOMINABAN del circo? Lo digo porque, ya sabe.., el élan en que se basan los, SIN duda, elevados principia que modelan el substratum ideal de NUESTRA civilización se nutren del fruto del seso de los classiques ¡y NO de lo que pudiera hervirles en el puto coco a la asquerosa CHUSMA sado que iba al circo allá en el caput mundi cuando el summa imperii! Ubiquémonos, pues, con vera justicia en ese tipo de cosas..; ¿no?
Se refiere usted aquí al pueblo romano del siglo, claro está... ¿Que cuál es el motivo de que ellos NO gusten ya de la SANGRE derramada y, en cambio, esos hijos de la gran puta de la HEZ españolista cada vez gusten MÁS de ello? Fácil, chéri: el pueblo romano está formado por seres que parecen y son HUMANOS. Los españolistas, esa mierda pinchá en un palo de demoníaco aborto del Infierno, ¡no es que no sean ni parezcan seres humanos (NUNCA lo han sido y JAMÁS lo serán)!, es que son BESTIAS. Nada es tan fácil, entonces, como constatar que, ¡por favor!, NADA que ver. Por un lado están la evolución, el pulido, la auténtica y deseable civilización. Por el otro, vade retro, Satana!, la degeneración, los quistes gangrenados y las pústulas hediondas, la bajeza más vil, rapaz y carroñera, el abismo, el horizonte de sucesos del agujero negro de la sanguinaria BARBARIE.
Siempre, en cualquier caso, a su disposición, mi muy estimado señor Aritza.
Jaume de Ponts i Mateu
post scriptum.- ¿sería tan amable de decirme a qué santo del santoral alude su nombre de pila -ergo: Eneko-?; pura curiosidad; gracias anticipadas, sí.