Hablando de gitanos y mierdas

Hoy en merkadona había no estoy seguro al entrar había dos gitanas gordas en la caja cargando cosas y dos gitanos gordos esperando como pasmaos. Y cuando he salido había una gitana gorda en la caja y un gitano gordo comiendo esperando a mientra la gitana cargaba, ¿serian los mismos k en la entrada? no estoy seguro. Centrémonos en este último suceso (aunke en realidad es lo mismo).

Tu imagínate el asco ke debes de dar como "persona" para pesar 140 kg y dejar a tu esposa, hermana o lo k kojones sea cargar 200 cosas mientras tu miras y te comes una madalena, y mientras la cajera y todos te miran. Claro que la gitana creo k iba más lento a propósito porque llevaría paquetes de salchichas enganchados en las bragas. Me ha parecido que cuando se iba la gitana le miraba al gitano con cara de asko x no ayudarla, pero en realidad seguro k era por comerse toda la bolsa de madalenas y no dejarle ni una.

Lo dicho, malolientes, sinvergüenzas (literalmente), ladrones e hijos de puta, la definición de gitanos tío.

En esta hora de la victoria clara y definitiva conviene recordar, pro-,
bablemente,' que- la lucha ha sido cruel,- que en ella ha caído una juventud
de maravilla al servicio de la única España y que- gran parte de esta san-
gre ha sido vertida porque la prolongación de la guerra—ganada ya, y
bien ganada, - cuando ías tropas de Franco tomaron contacto con Madrid,
en noviembre de 1936—fue una especulación rnás, inhumana, de las. demo.
cracias del mundo. • _ ' . . -
No se pida el rencor eterno para los países que tanto dolor nos han"
causado, ni éste es el camino. Pero nadie podrá negarnos el derecho—¡ y
el deber!-—de administrar nuestro triunfo. . "'.,
Cuando el,enemigo huía a la desbandada porque se le perseguía a es-
cobases por tierras de Cataluña, llegaron a Burgos, con cierta precipita-
ción, automóviles de charol y baúles de sonrisas: las Embajadas.en de-
mora, las que pretendían rescatar el tiempo perdido con las botas 'de siete
. leguas. Pero en España nadie ignora que hay un calzado diplomático mu-
cho ,más honesto.' Alguna de aquellas representaciones pudo advertir que•"
París, desde donde se han impuesto con frecuencia modas y colores al
mundo, había decretado que en España "se llevara" el negro durante va-
rias temporadas. Lo delataban en Burgos el traje de las mujeres y la
Cruz de los Caídos. ' .' . .
No se ha de olvidar con facilidad, en estos momentos de júbilo ante
el estallido de la victoria, la trayectoria qus fatalmente se impone a nues-
tra política internacional. Porque España, no.solamente acaba de salvar-
se, a fuerza de bravura, de la rusificación espectral que le habían adjudi-"
cado las grandes democracias, sino que se afirma en su tierra y se alza
sobre ella, sana y vigilante, para que nadie la toque y todos la'respeten. •
El camino está trazado. ' • • . . . •
En esta hora de victoria, el corazón de los españoles dirige el destino
de la Patria. Para nosotros, la geografía afectiva tiene contorno^ rotun-
dos: es la gran Alemania del Tercer Reich; es el Imperio italiano'; es Por-
tugal... Su amistad alentó la espada de Franco cuando quedó desnuda
frente a La Horda. No.se.trata'dé.pagar servicios, sino de responder con
caballeresca a ía caballeresca de las.naciones que dieron calor a nuestra
Cruzada. Y la prueba es que, si • tuviéramos que trazar una escala de es-
timaciones españolas en'relación con los países que estuvieron a nuestro
lado en este drama,. el nombre de Portugal se adelantaría .a todos.
El nombre de Portugal, nuestro amigo, nuestro vecino y nuestro
hermano... * . -
Está trazado el camino internacional de España, y todo es claro en
su ruta porque todo ha sido claro para ella también—claro y obscuro—
en las horas más graves;