Hola gente! Voy a contaros unas historias de cuando hice el servicio militar, allá por el '98. Espero que os gusten y si hay algún Shur que quiera contar también sus anécdotas, pues bienvenidas sean!!!
Atención: Tocho al canto!
La mili la hice en el cuartel de Campo Soto, San Fernando. En infantería de tierra.
Una noche, unos compañeros sevillanos (bastante enteraos) mientras el batallón dormía, se asomaron por la ventana y vieron a una chica rubia pasar vestida de paisana. Pues comenzaron a decirle cosas marranas, tipo: rubia, ven para acá que te vamos a comer el coño....
Pues por lo visto era una sargento!!! Bofff, no veas la que se lio. Nos hicieron levantarnos a todos y la chica fue mirando uno por uno hasta que dio con los dos estos y les cayó un buen arresto!!
Para todos los soldados, había una tarea para hacer asignada. Por aquel entonces, juntaron soldados profesionales con los de reemplazo que éramos nosotros y en los profesionales también había mujeres. Ya os podéis imaginar el revuelto que había allí. Jajajaja
Pues un domingo nos fuimos dando una vuelta por el cuartel y fuimos a ver al compañero que estaba asignado en los baños y duchas comunitarias. Uno diviso una bolsa donde había un montón de braguitas y el tío metió la cabeza en la bolsa para olisquear como si no hubiera un mañana!!!
Una vez, habia una comida y cena de altos mandos del ejercito y antes de empezar el gran banquete, para la cocina que nos fuimos y asegurando que no hubiera ningún mando, nos inflamos a comer pequeños pastelitos y demás dulcerias que había allí. No veas que cagaleras más malas me dieron!!
Yo estaba asignado en el cine, para proyectar películas más viejas que el hilo negro y también hacia las veces de auditorio.
La mañana siguiente me tocó abrir el cine porque el pater, el cura del cuartel (equivalente a Capitán), daba una charla a los soldados profesionales y yo con un mal cuerpo que tenía por la cagalera explosiva!! Total, que estaba en un pequeño cuarto con los mandos para activar las luces, el sonido... Y me dio un importante apretón, con unos sudores que me quería morir.
Que cojones hago???? Pues pillé una caja de cartón y allí me cagué. Con disimulo salí sin que nadie se diera cuenta y tiré al contenedor el "regalo de Navidad". Ya una vez terminada la conferencia, me di una buena ducha y tiré hasta los calzoncillos.
Una tarde, fumando un cigarrillo en la puerta de mi batallón, vi a una chica (por cierto, un bombón) cargada con una mochila militar dos veces más grande que ella. La pobre no podía ni andar casi, así que como buen samaritano, me acerqué a ella y le dije que si le podía ayudar! La chica me sonrió y dijo que no hacía falta. Total, que salió de no sé de dónde un cabo primero dando voces y amenazando con que me iba a arrestar... Me entró ganas de partirle la cara, pero es el ejército. Y me tuve que morder la lengua. Al día siguiente, me enteré que la chica había abandonado el ejército... Nunca más supe de ella!
Justo a la hora de comer, un día entre semana y después de terminar con los ejercicios de la mañana. Oímos un disparo en uno de los batallones de los profesionales. Por lo visto, un chaval mientras limpiaba el cetme (fusil) metió una bala y se voló la cabeza!! No vi nada, porque acordonaron la zona. Pero a un compañero que estaba en el servicio de limpieza, le tocó limpiar una vez retirado el cuerpo y no veas la cara de espanto que tuvo durante días, incluso necesitó asistencia psicológica.
Una noche me tocó guardia en la famosa garita de San José (un habitaculo pequeño, en medio de un campo lleno de matorrales). En ese lugar se contaban historias de apariciones de espíritus y aunque no creo mucho, pasé las dos horas con un susto que no os lo podéis imaginar.
Una noche me enteré que un soldado profesional moroco le sacó una navaja a un compañero de cocina porque el muchacho se equivocó y en vez de ponerle pollo en un guiso, le puso cerdo.
En otra guardia, esta vez era en uno de los portones del cuartel estaba tan cansado que me quedé dormido... Y ni siquiera me enteré del relevo. Menos mal que en vez del sargento, se bajo un compañero y me dio el toque. Menudo arresto me hubiera comido con papas.
Y por ahora no me acuerdo de más. Si os ha gustado, iré subiendo otras anécdotas. Disculpad por el tocho!