Valoro muy poco mi dignidad y mi tiempo como ya comprobasteis en:
He escrito un fanfic de Harry Potter
Asi que hoy traigo más:
Querido diario:
Es 23 de diciembre y estoy en la biblioteca.
Me llamo Gave. Gave.J.Simmons. La “jota” es de Julia. Así que soy la señorita Simmons. Odio que me llamen así, suena a vieja biblioteca octogenaria y yo solo tengo catorce años. Estudio segundo de Magia y Hechicería en Hogwarts, recibí mi carta a los once años pero mis padres magos decidieron que no entrara en la escuela hasta los doce. Querían darme un año de “aclimatamiento” ¿No sé a qué? Llevo viviendo desde siempre en el mundo mágico. Quizá pensaron que mis frecuentes interacciones con los muggles me ocasionan problemas y la verdad es que no se equivocan. Estudié en una guarderia muggle y cursé parte de la educación primaria a medias entre una escuela muggle y una mágica.
Mi madre es reformista, lo que vosotros los muggles (confieso que en realidad os escribo a vosotros) llamaríais una progre. Se empeñó en que tuviera una educación mixta para que comprendiera las vicisitudes y distintas perspectivas de nuestra realidad política. Asi que he sido la niña rarita en las dos caras de nuestra realidad.Tengo la impresión de que a mi padre le dá igual el asunto, el de mi educación en particular y el de toda yo en general. La única vez que me dió un abrazo fué un día que se transformó en santa claus, era un hechizo muy bueno. En el cole decia que habia conocido al verdadero santa claus, me llamaron puta estúpida y me pegaron caramelos en el pelo, de los que reparten los santas de los centros comerciales. Muy pegajosos. Todos los muggles de nueve años ya sabian que santa claus no existe. Los niños magos de nueve no sabian quién era.
Tenia intención de negociar con el sombrero. Como hizo Harry. Pero siempre he sido demasiado tonta. Me cuesta reconocerlo, a nadie les gusta reconocer que es idiota, sobretodo cuando lo es de verdad. No es una simple posición irónica para ocultar complejos o escurrir el bulto. Soy bastante simple, de verdad. Más lenta que los demás niños.Pero no soy retrasada. He conocido a retrasados y yo no soy retrasada. Pero no soy muy lista. Ya está, ya lo he dicho.
Saco malas notas no porque no me esfuerce sino porque no se me quedan las cosas. Me encanta leer libros, como huelen y el tacto de sus páginas, me gusta hacerlos crujir. Los cuadros de la biblioteca no dejan de quejarse por ello, me llaman guarra ruidosa y estúpida. Esos malditos cuadros que se la pasan cantando y comiendo como cerdos. Ellos si que son ruidosos. Cuando averigüe el contrahechizo para su encantamiento ignífugo los quemaré a todos. Al barítono gordo el primero, a ver si los demás se quejan del ruido de sus gritos.
Pero me he desviado. Mi redacción es incoherente y confusa como dice el señor Lupus. El sombrero. Yo queria hablarle, mientras llamaban a todo el mundo yo estaba pensando en lo que le iba a decir. Queria ir a Ravenclaw, queria demostrar que no era tan tonta, que podia hacerlo, convertirme en una bruja decente. Le pediria, por favor, ya sé que puedes ver lo que hay dentro de mi coco pero es que yo…
-Huffelpuf
Asi lo dijo. A penas me tocó la cabeza. Queria decir algo pero no me salian las palabras de la boca. Caminé en vilo hacia mi mesa. Un pelirrojo con nariz venosa y roja como la de un bebedor habitual dijo:
-Eh! Mirad la morena esta, ya tiene tetas!
Un año mayor. Gracias otra vez mamá. Me senté lo más lejos que pude.
Es 23 de diciembre y estoy en la biblioteca. Son las seis de la tarde pero aquí no hay nadie. Supongo que habrá Quidditch. Tengo un acceso limitado parcial a la sección prohibida de la biblioteca de segundo curso. No son dificiles de conseguir, sólo hay que pedirselos a un prefecto. Supongo que les interesa saber quienes están interesados por temas de índole “complejas” y prefieren llevar un registro antes que limitar el acceso.
Nuevas políticas de la directora Granger. Eso y el trabajo. A las ocho tengo turno de cocina en el comedor. Todos los alumnos etán obligados a ayudar a los elfos con parte de sus tareas como parte del nuevo programa P.E.E.D.O (Plataforma élfica de defensa de los derechos obreros) Si creeis que los humanos tratan mal a los elfos esperad a ver como trata un elfo a un humano. La última vez que me dieron con un cucharon pesado de madera en la cabeza se me saltaron las lágrimas. No pasé tanto miedo desde que me atacó mi libro de texto. Vigésimosegunda edición. Más feroz que antes. Me esondí bajo un tronco y lloré hasta que se quedó dormido. Voy a supender defensa contra las artes oscuras porque mi libro ahora es salvaje. Vive en el bosque. Que se quede allí.
Estoy aburrida y no encuentro nada sobre la maldición imperium. No esperaba otra cosa pero he de admitir que lo que dijeron Gave y Ralph (si, el pelirrojo pervertido, maldita coincidencia ¿no?) me tiene intrigada. La verdad es que yo también quiero vaciarme un rato de mí misma.
Hay un gato que me mira mucho, está subido en una estantería. Me está empezando a poner nerviosa.
!NO! El muy bastardo me ha robado el jersey. Lo ha cogido y se lo ha llevado. Odio ese Jersey. Es de Harry Potter. En el mundo mágico nadie sabe quien es Ibai y todo el mundo odia a Harry Potter. No lo sabia. Me he pasado la infancia en escuelas muggle. Gracias mamá.
Lo odio,pero hace frío y tengo que cruzar el patio para llegar a mi sala común.
Cojo mi varita, una cara, veinticuatro centímetros, núcleo de corazón de cerval espino, ya extinto.
-Lumos!!-La varita emite un destello de luz. La sección prohibida no está bien iluminada. Supongo que para joder.
Avanzo unos pasos y la varita se apaga.
-Maldita sea!! Lumos!- Se vuelve a encender, esta vez en un haz claro, poderoso.
Le empiezo a pillar el truco. Aunque echo de menos mi móvil. A buscar a ese gato.
Me interno en un pasillo oscuro. Creo que lo oigo al fondo.
Está...
¿comiendo?
Más aventuras son posibles pero quien sabe si probables. Gracias por leer a la pobre alma que lo haga.