de huevos y cebollas

al igual que la cafeína es buena para los pensadores y el alcohol para los guerreros, existen otras sustancias cuyo gusto, y por ende adaptación y beneficio a nuestra naturaleza, nos puede sorprender informacionalmente:

así como el metilmercaptano sabe desgradable para los primitivos ( crucíferas, hortalizas, agricultura no aptas para tiroides poco activas adaptadas a hambrunas) los huevos y las cebollas son un buen indicativo de la naturaleza " expositiva" de las personas:

se exponen bien al riesgo físico ( exploradores físicos): aman las cebollas y odian el sabor de los huevos
prefieren ser pensadores, no involucrados: saborean a gusto los huevos pero detestan las cebollas
se exponen bien al riesgo mental ( metaexploradores con capacidad de tomar ciertos riesgos físicos como precio): gustan de huevos y cebollas

la untuosidad de la grasa de la yema es la clave. La persona sedentaria pura y no riesgosa de naturaleza pensadora hasta el extremo de la conservación en el propio pensamiento requiere de una vigorización para entrar en modo de pensamiento abstracto. Del mismo modo que el civilizado con metabolismo eficaz precisa del metilmercaptano como inhibidor de la tiroides para ganar peso. Además se encuentra a gusto con el conformismo nutricio de ese estado amniótico que le suele caracterizar. Mientras que en el riesgoso aventurero la psique precisa del efecto contrario: dinamizador a la par que concretizador. Inducido por la organoléptica agresiva por básica de la cebolla con su lacrimógeno sulfósido de tiopropanal. Que es hepatoagresor como el alcohol, pero sin embriagar y atontar como éste. Aunque produciendo una sensación psicológica de calma energética rejuvenecedora carente del aspecto inhibidor de la grasa.

Te has olvidado de tomar las pastillas contra el delirio.