El relato que conmocionó a Pablo Coelho.
ayer al mediodía me volví a petar a mi follamiga. Pero por la noche no salimos por ahí como siempre. Me largué yo sólo y regresé tarde. Hoy por la mañana me ha preguntado si sigo queriendo irme con ella a Inglaterra. Le he dicho que no. Que para estar escaso de dineros prefiero campar por aquí. " Un momento, que salgo contigo" me inquiere. Pero no tengo ganas de compañia y cierro la puerta. " Eres un cabrón, no esperes que volvamos a hacerlo" oigo tras la puerta. Así que supongo que se acabó el follar. El 1 nos dan la patada del local y sigo prefiriendo recuperar la intemperie a que me zarandee ella por ahí. Pese a tener sus posible$. Cuando yo era joven y tenía energía para aguantarlas no sonaba la flauta. Y ahora que me la tocan... Cuando empiezas a preferir la soledad y estar tirado a la comodidad y el sexo es que ya estás quemado. La ceniza no teme a la combustión. La niña es tan tiernecita que me quema de otra manera más eficaz: Me repele tener acceso a ella por el puro gusto que me da. No me la merezco, así que espero que vuelva a pasar de mí.
insensible conmigo mismo. Eludo lo que me gusta cuando me empalaga.El mensaje está oculto porque el usuario está en tu lista de ignorados.