Va, me come la boca y de ahi a un callejón donde olía a pescado y gasoil, cojo, le bajo las bragas, le meto los dedos en el coño, me los llevo a la boca y digo "Dios, esto es maravilloso", le meto otra vez los dedos en el coño, fruto de mi novatada y le digo "Huele, Lourdes, qué rico".