tía, no me hagas eso. Te has puesto gordita y un jersey apretado. Tienes dos buenas tetorras abultando detrás. Y vienes a preguntarme qué me parece tu jersey. Y yo tengo ganas de morrearte, subirte la lana y bajarte el sostén para comértelas como un loco.

ese es mi instinto, que mantengo extinto. Porque me faltan huevos para hacerlo y porque tampoco serviría de nada hacerlo. Se supone que debe ir acompañado de poesía para que a tí te apetezca. De poesía y de un número de pasos del algoritmo " pelar la pava". Con alguna subrutina del tipo " salvarte de los malos" y " ser tu príncipe". Pero yo no tengo paciencia para las líneas de código. Me gustaría matar a toda la humanidad hasta quedarnos sólos tú y yo, exentos de testigos de mi culpa, y entonces devorarte. Y ganarme tu perdón con las filigranas de mi lengua sobre tus areolas. Sólo soy un torpe. Un analfabeto. Piedad. No te pongas más esos jerseys, que luego anhelo salir del paseo de las farolas...