interjección sincera y maravillosa

se puede distinguir a una prostituta que se calza un strapon por puro sentido comercial de una que, además, disfruta con la novedad del producto ofrecido. Las malas lenguas afirman que a ellas les gusta el negocio del fendom porque van a monetizar sin tener que sufrir, sino haciéndolo... Siendo así, tampoco cabría el goce del oficio. Pero te sueltan algunas un magnífico "¡ bien!" cuando postrado de rodillas y arcando, logras aproximar tus labios a los pelos de su pubis lo bastante como para tener toda la boca llena de su juquete. Igual que te sueltan la interjección cuando el popper ha logrado hacerte penetrable tras un buen rato pugnando por invadirte.

¿ y cuál es el valor de todo ello?

mucho

¿ podrá haber mejor cosa que poder gozar de los placeres de la vida al mismo tiempo que cagarse en la puta tabla de valores de los habitantes de Mediocristán?.

si nunca me gustaron las campanas, imagínate la de Gauss