Invierno sin calefacción

Este es el primer invierno sin el calor que emanaba de mi forja, de mi cerrajería. El dinero no fluye como antes, y mi hijo prepuber empieza a gastar dinero en comida, ropa y papel higiénico. No hay dinero para pagar la calefacción, no hay dinero para una cena digna de Navidad, no hay dinero para ver estrellas fugaces. Sin la movilidad de mi mano izquierda, con media cara paralizada, no soy nada. Soy incapaz de ser el padre que mi hijo necesita, no soy capaz de sustentar a mi familia. No soy nada, y la nada seré.
Estoy llorando tecleando con mi mano izquierda mientras mi hijo estudia con los libros prestados por el hijo treintañero de un excliente de la cerrajería. Me voy a dormir. Mañana sera un nuevo día

No me masturbo. Pero cuando me masturbaba uso mis lágrimas, aunque la sal escuece un poco.