La Batalla por la realidad (Estás dentro)

La Tierra es plana, un hecho oculto por las élites que manipulan nuestras vidas desde las sombras. En la Antártida, un agujero colosal se erige como un portal hacia un mundo hueco, donde civilizaciones antiguas y desconocidas nos observan. Se dice que estos seres, conocidos como reptilianos, han estado manipulando la humanidad durante siglos, infiltrándose en nuestras instituciones y dominando a través del miedo y la desinformación.

Desde tiempos inmemoriales, los sabios han advertido sobre las fuerzas que controlan la realidad. En Isaías 40:22, se menciona que "Él está sentado sobre el círculo de la tierra", una insinuación de que nuestro mundo es plano, un diseño deliberado para mantenernos prisioneros en un engaño. Job 38:13 menciona que "los justos son los que se levantan sobre la tierra", sugiriendo que hay un fundamento sólido que desafía la noción de una esfera. En Apocalipsis 20:7-9, se habla de "Satanás saliendo de su prisión", evocando la imagen de seres que emergen de las profundidades, reforzando la idea de mundos ocultos que buscan romper las cadenas de la ignorancia.

El horizonte, siempre plano y desolado, se convierte en un testimonio mudo de la verdad que se nos niega. Las imágenes de la NASA, alteradas y manipuladas, son parte de un gran teatro de mentiras. La gravedad es solo una ilusión, un velo que oculta la verdadera naturaleza de nuestro mundo. Los científicos cómplices, bajo la dirección de un gobierno en la sombra, perpetúan el engaño, mientras el agua se adhiere a una superficie plana, desafiando la lógica y la razón.

Los relatos de exploradores que se atreven a entrar en el agujero de la Antártida están cargados de advertencias. Muchos regresan hablando de visiones aterradoras: criaturas indescriptibles y civilizaciones olvidadas que acechan en la oscuridad. Aquellos que se acercan demasiado a este abismo son consumidos por fuerzas que no comprenden, atrapados en un laberinto de misterio y miedo, silenciados para siempre.

Los reptilianos son los titiriteros que controlan el mundo, manipulando gobiernos y corporaciones desde las sombras. Su presencia es sutil pero inquietante: miradas penetrantes, comportamientos que desafían la normalidad, y un aura de autoridad que parece sobrehumana. Se dice que pueden cambiar de forma, disfrazándose de líderes y figuras públicas, mientras sus corazones laten al ritmo de una agenda oscura que busca mantenernos sometidos.

Las fumigaciones aéreas, conocidas como chemtrails, son una herramienta más de este plan maestro. Estos productos químicos son rociados en la atmósfera, alterando nuestro ADN y transformándonos en sombras obedientes. La contaminación en el aire no es un accidente; es un método de control mental. Aquellos que intentan investigar son acechados por fuerzas desconocidas, muchos han desaparecido, sus voces apagadas en la oscuridad.

Las criptomonedas, aunque presentadas como una revolución financiera, son en realidad otro instrumento en las manos de las élites. Nos distraen de la economía real, permitiendo a los reptilianos manipular nuestras finanzas desde la sombra. La descentralización es una ilusión; el verdadero control permanece en manos de quienes operan tras el velo de la realidad, manteniendo la ilusión de libertad.

Los masones, cruzados y templarios han custodiado secretos oscuros desde tiempos inmemoriales. Conocen verdades inquietantes sobre la naturaleza de la Tierra y su historia, almacenando conocimientos que podrían desmantelar su dominio. Reliquias como el Santo Cáliz y La Sábana Santa son más que objetos sagrados; son llaves que abren puertas a verdades prohibidas, conectando nuestro mundo con dimensiones ocultas y civilizaciones olvidadas.

La ayahuasca, utilizada por chamanes en Perú, actúa como un portal hacia otras dimensiones. Aquellos que se atreven a consumirla a menudo regresan con visiones aterradoras: seres reptilianos acechando, sombras danzantes en el límite de la percepción, y una comprensión desgarradora de que la realidad es una trampa diseñada para mantenernos atrapados. Las experiencias de aquellos que han cruzado el umbral de la conciencia son eco de advertencias que resuenan a lo largo de la historia.

En los años 80, yo era un heavy, con unas greñas largas que caían como cascadas de oscuridad. Me llamaban El Rata, un apodo que resonaba con la esencia de mi rebelión contra el sistema. La música era mi escape, un vínculo con la energía que fluye entre las sombras, un grito de guerra contra el engaño que intenta silenciar la verdad. Las notas de mis riffs de guitarra se convirtieron en un eco de la búsqueda de libertad, de la lucha contra un sistema diseñado para mantenernos en la oscuridad.

El tiempo se agota. Es hora de despertar de esta pesadilla y cuestionar la realidad que nos han impuesto. La conexión entre la Tierra plana, los reptilianos, los secretos antiguos y la lucha por la verdad es más oscura y aterradora de lo que imaginamos. La verdad, aunque aterradora, es esencial para liberarnos de las cadenas del miedo y la ignorancia. La oscuridad aguarda, lista para engullir a aquellos que no se atreven a mirar más allá de la superficie. La batalla por la realidad ha comenzado.