Sinceramente, vaya tonteria. Cambios siempre va haber, lo asombroso no es contemplarlos como un bobo, sino preguntarse cual sera el proximo movimiento, anticiparse es lo dificil.
La perplejidad de vivir
Cada generación tiende a pensar que está viviendo tiempos excepcionales que carecen de precedentes y que jamás volverán a repetirse. Este sentimiento lo expresa Thomas Mann en sus memorias cuando escribe en los años 30 que él ha tenido la suerte de nacer en 1875 y haber sido testigo de hechos excepcionales como la Primera Guerra Mundial, la Revolución bolchevique, la caída de la monarquía en Alemania y avances tecnológicos como el avión, la radio o el teléfono.
Goethe tenía la misma sensación. Cuenta cómo conoció a Napoleón en Erfurt en 1808 y, más tarde, fue espectador del desastre de su Ejército en Waterloo y de la restauración de las monarquías absolutas en Europa. El sabio alemán señala que se considera muy afortunado por haber vivido unos cambios que las generaciones anteriores no podían ni haber imaginado.
Mi abuelo nació en 1900 y me contaba cuando era niño que había visto en el firmamento el cometa Halley que la superstición popular asociaba al fin del mundo.También narraba su sensación de asombro al observar el vuelo de un aeroplano cuando tenía 10 años sobre una colina de Miranda de Ebro.
Las personas que nacimos en la década de los 50 conocimos el reparto de mercancías en carros tirados por caballos, nos surtíamos de leche en las vaquerías y vivíamos en una sociedad sin automóviles ni semáforos. Oíamos el parte de las nueve de la noche gracias a una radio cuyas interferencias y ruidos eran constantes.
En esa época España era una dictadura y las mujeres iban a misa con velo. Me fascinaban las figuras de Churchill y De Gaulle que salían en el No-Do que los cines tenían que exhibir obligatoriamente antes de las películas.
Nuestra generación también ha sido testigo de hechos excepcionales como la llegada del hombre a la Luna, la caída del Muro de Berlín, los atentados de las Torres Gemelas o el descubrimiento de los agujeros negros. Miro hacia atrás y no reconozco el mundo de mi infancia, como le pasaba a Thomas Mann cuando evocaba su Lübeck natal o sus vacaciones infantiles en Travemünde en el Mar Báltico.
Nuestro entorno evoluciona vertiginosamente, nos hacemos viejos sin darnos cuenta y el pasado se difumina en nuestra memoria, pero lo que no nos abandona es la sensación de perplejidad que nos producen los acontecimientos. Es como si estuviéramos en el vagón de un tren a través del que vemos pasar las estaciones y los paisajes hasta que de repente nos encontramos con que hemos llegado al final del trayecto.
La gran paradoja es que todo ha cambiado a nuestro alrededor, pero nosotros somos sustancialmente los mismos. Y ello porque el carácter es inmutable y viene determinado desde nuestra infancia. Los científicos dirían que está inscrito en nuestros genes y puede que sea verdad. Lo cierto es que no podemos ser otra cosa que lo que siempre hemos sido.
Esta reflexión me vino a la cabeza al leer las memorias de Thomas Mann, que de repente me aportaron la clave de su rechazo visceral al nazismo. Odiaba a Hitler porque era un burgués amante del orden y la racionalidad. Había sido un niño educado en la virtud y la búsqueda de la verdad y no podía tolerar la zafia propaganda del nacionalsocialismo. Para él, el Führer era la antítesis de los valores de la cultura alemana en los que él creía.
Mann no cambió, cambió Alemania. A nuestra generación le pasa lo mismo: el mundo ha cambiado demasiado rápidamente, pero eso no nos ha hecho más sabios ni más felices. Seguimos siendo los mismos y sintiendo la misma perplejidad que cuando abrimos los ojos tras nacer.
http://www.elmundo.es/opinion/2017/0...6438b4583.html
Me gusta que el autor "nos ponga en nuestro sitio". Cegados por la excepcionalidad podemos justificar cualquier cosa, pero puesta ella en su justo lugar tenemos la ocasión de hacer juicios más sensatos, ¿no te parece?El mensaje está oculto porque el usuario está en tu lista de ignorados.
Totalmente de acuerdo en lo de anticiparse, eso no es rebatible.
Si, pero es un argumento para la gente que ve la vida pasar. Muchas cosas excepcionales en realidad son consecuencia de años madurando, si la gente se sorprende es que no se entera de en que planeta vive o hacia donde vamos.El mensaje está oculto porque el usuario está en tu lista de ignorados.
Sí y no... Es un argumento para la correcta percepción de la realidad. Lo que cada cual haga con esa percepción es cosa individual. Creo que es importante tener una lectura acertada de la realidad porque al fin y al cabo interactuamos con ella, y su propia densidad puede llegar a cegarnos.El mensaje está oculto porque el usuario está en tu lista de ignorados.
Creo que estamos hablando de dos lados diferentes del mismo cubo. Coincido contigo, pero destacaba que la amplia mayoria de la sociedad esta medio dormida.El mensaje está oculto porque el usuario está en tu lista de ignorados.
Mejor eso que despertarla... Hay gente que tiene unos despertares terribles, si a mi padre le jodes la siesta, date por jodido el resto del diaEl mensaje está oculto porque el usuario está en tu lista de ignorados.
Sí, probablemente estemos en diferentes caras del mismo cubo