desde pequeños nos bombardean con criterios ajenos sobre lo que debe ser la existencia. Nos inculcan una tabla de prioridades y valores. Luego viene el desengaño. Todos mienten. Incluidos nuestros padres. De lo que se trata es de sacar la mayor tajada posible y de hacer lo menos. Alguno logra hacer, hacer lo que le gusta, gustar y encima sacar tajada. Pero la mayoría trabaja para la esclavitud sin sentido.

Existe una seudopatología llamada síndrome de estocolmo. No es más que un recurso literario de la prensa. El pasado siglo tuvo lugar un secuestro de una chica que se pasó tanto tiempo con sus captores que al final acabó empatizando e identificándose con ellos. Comoquiera que la psiquiatría es una seudociencia que vive de las paradojas, el término pasó feliz a los libros. Igual que todo ese conjunto de estúpidas importaciones conceptuales tales como " toxicidad" " bipolaridad" " resilencia". A dia de hoy, mucha gente ya tiene claro que los afamados expertos venden humo a base de tomar cosas de un lado y de otro y de inventarse historias. Como inventada fué la chica del tambor de la novela de John Le Carré, una chica que primero es pro-palestina y luego conoce el lado israelí y se vuelve sionista. Como también se convirtieron Sidnnead O´ Connor en islámica y Cat Stevens otro tanto de lo mismo. En todas éstas conversiones cabe preguntarse cuánto hay de maduración intelectual y cuánto de simple visceralidad intentando tomar camino para el desahogo.

la vida es un sumatorio de egoismos

Comoquiera que yo también tengo esa tendencia a la " ingeniería conceptual" me da por hablaros del " síndrome de estocolmo laboral". Y miro en internet y veo que esa " combinación", porque a la postre todo son combinaciones, ya existe y se contempla. La idea es la siguiente ( al menos como yo lo visualizo): el que trabaja puede estar hasta los cojones de muchas cosas. Pero en la medida que no ve salida, se muestra en contra de quienes no lo hacen. Porque en el fondo gustaría de no tener que hacerlo. Así que para reducirse el dolor se declara convencido, aunque no lo esté, de que su actitud de trabajar es la correcta.