el ignoto y la equipotencialidad de lo real

Antes de que Isaac Newton " crease" el cálculo diferencial, ya se usaba éste. Christiaan Huygens y muchos otros. Era el de las diferencias, un método de amplio uso. Pero aún no estaba formalizado como tal.



Podría decirse que con Newton, el método de cálculo pasa de la potencia al acto. Hoy en dia lo puedes estudiar en un libro. Pero no es estar en el libro lo que lo hace potencial, siguiendo la filosofía de San Agustín, y emplearlo lo que lo actualiza. Sino que fue su publicación inicial, su formalización para el acervo cultural común, lo que lo actualizó desde el estado potencial.

De igual modo, la novena sinfonía de Beethoven en un compact-disc no es una potencia que se actualiza al pasar el disco por el lector y el equipo de música. Sino que es una actualización, con independencia de que esté sonando o no - recogida en una partitura o en unos surcos de un disco-, respecto del estado de potencialidad en el que se encontraba, en un etéreo mundo entelequial de " bemoles desorganizados" , antes de que Beethoven la compusiese.



Así pues, las singularidades que componen esa globalidad que es La Realidad, no son sólo estructuras materiales o paquetes de energías en el espaciotiempo, sino también abstracciones conceptuales. Que como todo lo anterior, poseen una existencia " singular" respecto de un marco global, lo real, en el que pueden cursar. Es decir: son elementos.

Sabemos que hay cosas que no sabemos. Lo llamamos lo desconocido. En adelante lo llamaré " lo ignoto". Lo curioso de lo ignoto es que... ¡ el conocimiento no lo reduce sino que lo incrementa!.

No sabemos lo que es la materia. Hasta que hablamos de átomos. Pero no sabemos lo que son los átomos. Hasta que hablamos de protones, neutrones y electrones. Y luego los explicamos a ellos, sí. Pero entonces nos surgen las partículas subatómicas. Un zoo extenso de neutrinos, positrones, priones, muones, fermiones, bosones, hadrones, quarks etc etc

El conocimiento " abate" interrogantes. Pero pone a volar muchas más por cada pieza cobrada.

Desde tiempo inmemorial, dos corrientes se han disputado la comprensión " final" de todo ésto. Para algunos todo viene del Big Bang y termina con la disipación térmica o con un Big Crunch. Para otros, las singularidades vienen de un Génesis divino y terminan con un Apocalipsis. Para algunos la materia posee " propiedades emergentes". El todo es más que la suma de las partes, lo que explica la creciente complejidad. Para otros es al revés: lo psíquico es el origen y todo viene de una " densificación grosera". El cuerpo físico es una consecuencia del cuerpo sutil. Las venas, arterias y nervios son la formulación grosera de chakras y nadis. El mundo es lo abstracto y el resto son sombras en una caverna platónica.

Pero... ¿ y si las dos fuesen correctas y, al mismo tiempo, estuviesen equivocadas?. Vamos a suponer que la realidad es una equipotencialidad vacía en un sentido " absoluto". Esto es: vamos a considerar un lugar " mágico" - el ignoto antes citado- en donde no es posible singularidad alguna. Ni como acto ni como potencia. Ni física ni psíquica. Ni concreta ni abstracta. Con semejante falta de " agarraderas", se comprenderá bien pronto que " ignoto" le viene como anillo al dedo.

Nosotros habitamos el perignoto. Y lo agrandamos. Y no sólo en sentido psíquico o abstracto-ideético-conceptual. También reelaboramos la complejidad inicial de la Naturaleza para generar nuestras estructuras que " amplían" el espacio de lo físico. La zona " inaccesible" parece vedada y no puede ser reducida. Como se veía en el hecho de que las interrogantes mueren generando más interrogantes.

Si ambos extremos opuestos, abstracciones homogéneas puras, coincidiesen de manera perfecta, cabría esperar una nada absoluta. Una total aniquilación. ¿ Puede haber algo más sencillo que la inexistencia?. En realidad... ¡ nada tan complicado!. La idea de que todo sucede de la manera más sencilla posible, idea de la ciencia, es una IDEA EQUIVOCADA.

De algún modo parece que la maya de lo real, la existencia, procede de la separación de dos franjas en la globalidad. De suerte que los elementos o singularidades pueden emerger o densificarse a partir de éstas corrientes. Pero existiendo siempre una suerte de vacío insalvable que funcionase a modo de vórtice con capacidad " direccionadora" a modo de un atractor cual remolino. La globalidad no tendría principios ni finales. Sólo nos parece en la medida que las sustancias groseras que tratamos, las singularidades, sí que parecen tener un principio y un final. Que en realidad no son sino estados de potencialidad y actualización. Pero de algún modo " la esencia" ya estaba ahí, en lo indiferenciado.

Lo más interesante de este hilo es mi polla.