El Valle de Lágrimas es una teoría religiosa según la cual venimos a sufrir. Por tanto tenemos que regocijarnos en la fé de Dios Nuestro Señor ( y de paso empoderar a la gran ramera de Roma). Esa teoría pertenece también al ámbito de la política de izquierdas que nos advierte de que la salud es lo primero en el trabajo ( ¿ puede haber algo menos sano que trabajar como esclavo?), de que las mujeres tienen sus derechos ( claro que los tienen, igual que los hombres) etc. El mundo no es necesariamente malo. Pero la manera de que la gente no opte por su libertad y abrace la seguridad ( menuda mierda de seguridad) que se les ofrece es hacernos convencer de que, sí o sí, el mundo es un lugar malo, por siempre y para siempre. La vida tiene sus cosas y no es lo mismo las reglas de la vida que las reglas de la sociedad y del poder.

Robert Kiyosaki advierte de que el complejo de Robin Hood ( robar a los ricos para hacer justicia) es la base de engaños para sacar el dinero al pueblo como la famosa seguridad social. Al final todo recae sobre la misma base. Se quitan aduanas para que los que tienen pasta puedan hacer sus comercios con más facilidad. Pero al rumano chungo o al ruso borracho lo soportamos nosotros. Algunos piensan que por habitar barrios de nivel no van a tener que soportar a ésta gente. Pero es cosa de tiempo. Yo me llevo bien con los moros buenos, los rusos buenos y hasta los gitanos buenos. De vez en cuando se me cabrea la neurona y despotrico contra ellos y reclamo la división azul en retorno. Pero la realidad es que, incluso, me han ayudado a entender la realidad. Que es muy sencilla: sálvese quien pueda. La vida debería ser placer y no agonía. Pero incluso en el barro tiene su poesía. Desde abajo ves las fallas del sistema. Pero si estuviese arriba seguiría con mis querencias primordiales. Lo que me jode la existencia es el solapamiento forzado poder-verdad. El poder se arroga la capacidad de ser salvador del ciudadano. Le hace ver lo malo del mundo. Le quita los mejores años de su vida en correcciones insoportables y, a cambio, le da una mierda. Para irme a la mierda me basto y sobro yo solito.