Menas en Hortaleza - Peleas, incendios, motines y agresiones sexuales diarias

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El centro para menas de Hortaleza (Madrid) se ha convertido en un infierno, no sólo para los vecinos que residen en las inmediaciones del mismo, también para educadores y profesionales que trabajan cada día en él. Peleas, incendios, intentos de amotinamiento e incluso agresiones sexuales, han convertido este centro madrileño en un lugar en el que extraño es el día en que no se lamenta un episodio de violencia entre sus internos.


Acorde a fuentes de la Comunidad de Madrid y personal externo al centro consultado en exclusiva por LA GACETA, la situación es insostenible en estos momentos. Según aseguran, a diario, muchos de los supuestos menores tutelados en estas instalaciones salen del centro para beber alcohol durante horas e incluso consumir drogas. Cuando llega el momento de volver, comienza la pesadilla para educadores y profesionales.


Violencia extrema contra los vigilantes del centro

Uno de los últimos hechos más violentos tuvo lugar el pasado mes de junio, cuando uno de los tutelados originó una gran reyerta en la que uno de los vigilantes del centro recibió un fuerte golpe en la mandíbula por el que tuvo que ser atendido en un centro sanitario.


El interno en cuestión, de origen subsahariano y 16 años de edad declarados, se mostró en actitud violenta mientras los profesionales del centro le explicaban que le habían retirado su asignación económica debido a los problemas de convivencia que ocasionaba continuamente. El tutelado tuvo que ser reducido por los vigilantes para evitar males mayores.


Esta acción de control de la violencia por parte de los profesionales del centro motivó que decenas de tutelados de origen subsaharianos reaccionaran y se lanzaran contra los vigilantes, que trataron sin éxito de controlar la situación mientras recibían numerosos golpes, escupitajos e insultos. Cuando uno de los vigilantes trató de llamar a la Policía, una mediadora de origen marroquí se lo impidió, lo que motivó que el clima de violencia aumentase, según aseguran fuentes cercanas al centro.


Los educadores tuvieron que llamar a la Policía para que interviniesen ante la reyerta violenta en la que el vigilante que recibió un fuerte golpe en la mandíbula quedó aturdido en el suelo. Tras la llegada de los agentes, éstos apercibieron a la dirección del centro por no avisar a tiempo.


Otro hecho de similares características tuvo lugar durante el presente mes de julio, cuando un vigilante de seguridad del centro fue amenazado y objeto del lanzamiento de piedras cuando recriminó la actitud violenta de un tutelado de origen argelino y con 17 años de edad declarada. El sujeto en cuestión ya contaba con un largo historial de antecedentes en Barcelona, según han podido constatar las fuentes consultadas por este medio.
Agresión sexual a una educadora

A las numerosas discusiones internas entre menas y las agresiones a los profesionales del centro se sumó este mes de julio una agresión sexual a una de las educadoras sociales. Los hechos tuvieron lugar durante la tarde del lunes 8, cuando un tutelado de origen subsahariano y 17 años de edad declarada se dirigió hacia las duchas del centro para asearse en un momento en el que no tenía permiso para ello.


La educadora le indicó entonces que existían unos horarios establecidos para las duchas, el tutelado se mostró insistente hasta que la citada profesional del centro cedió para no tener problemas. Una vez el agresor acabó de asearse, la educadora le pidió que le devolviese el bote de gel –para que no hiciese un uso inadecuado del mismo– y el tutelado le colocó su pene en la mano.


La educadora social abandonó entonces los baños y fue perseguida por el agresor que tenía intenciones de golpearla. Cuando los profesionales del centro trataron de controlar la situación, una veintena de subsaharianos salieron en defensa del agresor.


El tutelado fue después detenido por agentes de la Policía Nacional que fueron notificados sobre lo que estaba sucediendo en el centro. Al día siguiente y ante la sorpresa de los trabajadores, el agresor fue de nuevo internado, donde aún se encuentra la educadora agredida.


A los hechos relatados se suman intentos de amotinamiento, incendios y reyertas que, según confirman las fuentes consultadas por este medio, son diarias.

Impidieron a los vigilantes llamar a la policía... interesante, ya no sólo tapan todo eso sí no que impiden que la policía actúe...deberían meterle fuego a ese centro con esos "niños' dentro