El poder del ahora es un libro lesivo. Igual que el budismo. La enseñanza de que sólo contamos con el presente es mala para la salud biográfica ( a la par que incorrecta). El pasado puede ser recordado en el presente. El futuro puede ser imaginado en el presente. Pasado y futuro existen para mejorar nuestra acción en el presente. A los obsesos del pasado se les llama melancólicos. A los obsesos del futuro se les llama visionarios. Se supone que melancolía y profecía no tienen valor en la medida que ya ausente y todavía no evidente. Pero hay otra obsesión, la del presente. La de los indicativos. Cuando alguien ladra " yo estaba primero en la cola" ó " esa silla es mía". El presente tiene su propia miseria. Pero está de moda: " la vida es lo que sucede mientras planeas lo que vas a hacer" " vive tu momento" " hazlo ya" " just do it" " hazlo ahora" " hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes". Todo se esfuerza culturalmente en hacernos ver que es " ahora o nunca". Es la perspectiva de los que se ponen nerviositos con la planificación. La de los que carecen de temple. Pero incluso un viejo tiene futuro. Cuando piensa en la visita que por la tarde le harán sus nietos. Cuando piensa en las historias pasadas que les contará. Cronos no es un carnívoro de almas. Es un colega que nos ayuda a que todo rule mejor. Compraos un reloj, un almanaque, un calendario y una agenda. Quien tiene paciencia puede coleguear con Cronos. Y recibe la ayuda del Titán. Es el poder del siempre. Pues mientras seamos, tiempo tendremos. Nadamos en él. Nos rodea por todos lados. Aprendamos a flotar y a nadar. No a sumergirnos hasta perecer ahogados. La idea del " ahora o nunca" ha lesionado millones de existencias. Pero se soluciona metafísicamente: Siempre empecinados en una gran épica. Cambiando planes pero no metas. Seleccionando el punto adecuado para la segunda oportunidad. Dejando claro en dónde nos gustaría reencarnarnos. Ese es el poder del siempre: que la muerte no es nada si te recuerdan haciendo lo que querías contra viento y marea. No es el tiempo. Es el deseo. Y de deseo hablaremos..