derramo algo de café en el suelo del convento. El macuto me ha jugado una mala pasada y me ha golpeado mi propio codo desestabilizándome. Le digo a la monja que me pase una fregona. Me pasa un poco de papel de bate y limpio el suelo. En eso uno de los presentes me dice que hay una fregona al lado de las macetas. Ya casi he terminado así que rehuso ir a por ella. " Déjalo, así aprende" dice un gordo de mierda que está en la cola. " ¿ Que aprenda qué?, ¡ mamón!". Se calla la boca y mira al frente. Medirá cerca de metro noventa, con una barriga inmensa y una muleta. Sandalias con calcetines y chaquetilla por fuera de los pantalones. El clásico andalú soplapollas enterao. Le sigo a la salida del convento. Le sigo hasta dos calles más adelante. Le arrebato la muleta, le meto con ella en toda la cara y la tiro lejos. Se queda gritando " ¡ mariposón!" " ¡ mariposón!". Me entran ganas de seguir metiéndole. Pero tiene las gafas rotas y sangre de la nariz a la camisa. Es suficiente.

Camino unas calles. Paso al lado de un bar. Hay dos euros en una bandeja de bar. Los tomo al paso. El camarero no me ha visto. Pero se lo calcula. " ¡ Oiga!" " ¡ Oiga!". Ni puto caso le hago. Sigo para adelante sin dudar, acelerar ni, por supuesto, mirar para atrás. Durante una calle siento que tal vez se me venga encima con refuerzos. Pero nadie lo hace. A las dos calles ya voy más tranquilo y tiro por un sistema enrevesado de callejuelas. Estoy fuera de cobertura. Tranqui ya. Me entro en un chino y lo celebro con mi bebida favorita: " Bhruta". Mitad cocacola, mitad cerveza.

Me encuentro con un colega. Dice que la pulgosa me ha estado buscado con un bocata para invitarme. Que él le ha preguntado a ella: " ¿ estáis juntos?". Y que ella le ha respondido: " más o menos". En ella " más o menos" es mucho.

Me siento alfa. Aunque sea circunstancial. Y si el mundo es una mierda... ¿ acaso no es lógico serlo uno mismo también?. Simplemente soy lo bastante inteligente como para darme cuenta de que a largo plazo la dignidad acaba mal. ¡ Pero qué gran cosa la dignidad!.



Ya no tenemos cosas importantes por las que luchar. Así que es difícil hacerse una representación mental positiva de las cosas. Porque para que exista la gloria también debe ser posible el infierno. Nos educaron para apostar por la seguridad antes que por el beneficio. Yo el primer cobarde.