cuando un hombre es de naturaleza pensadora, y muy pensadora. Cuando piensa al punto de poner en duda el orden establecido. Y en su pensamiento es un bárbaro, aunque luego se controle en el ámbito físico para evitarse problemas. Cuando es, como dijo Einstein: " mezcla de mimosa y puercoespín" hay sólo una manera de evitar que sus relaciones con las mujeres fracasen:
si intenta relacionarse con mujeres con " personalidad", fracasará. No estará a la altura, llevado por sus miedos ante una petarda insoportable.
si intenta relacionarse con amas de casa, fracasará. Le harán la comida y la cama pero no le encenderán la neurona.
si se relaciona con guerreras, funcionará. Ya tendrá claro que es inferior físicamente. Pero si se mantiene en forma y no se conduce como un estúpido, si tiene algún encanto de bello efebo aún latente, si sabe encender la neurona de ella... Tendrá el contrapunto necesario. Alguien que le lleve a él en vez de él a ella. Pero sin conflictos de intereses. Cama para ambos, labores domésticas para la criada o para el caos
a medida que el colectivo homosexual desaparezca con la conciencia social de que la orientación puede ser mantenida simplemente cambiando el rol, quedará demostrado que la chula puede ser ella.