Y yo lo celebro.
Reconozco que soy un nini, sin oficio ni beneficio, llevo tres años viviendo en casa de mis padres, sin estudiar ni trabajar, apenas salgo de mi cuarto, no digamos ya bajar a la calle. Hice hasta segundo de Historia y lo dejé, ¿para qué más? en los dos años que estuve en la facultad jamás me enteré de nadie que consiguiera un trabajo de lo suyo con la carrera, mis padres dicen que me van a pagar un curso de desarrollo de videojuegos el año que viene, todavía me lo estoy pensando.
Para la gente como yo todas las ideas de Huxley, Kurzweil, Max More o Elon Musk son como una música angélica, la promesa de una vida en un más allá celestial alejado de la vida gris y lamentable que nos ha tocado en suerte, a saber:
- Renta Básica Universal; para todos, sin contraprestación, un ingreso mínimo que corre a cuenta del Estado (digo del ESTADO en singular, solo habrá un Estado Mundial que federe a todas actuales naciones bajo un solo gobierno), se acabaron las angustias y los desvelos, paguitas para todos, que remen los que quieran remar y "realizarse con su trabajo", el resto a vivir de la sopa boba.
- El METAVERSO; los que somos unos mierdas en la vida real podemos vivir la experiencia de conducir una motocicleta japonesa a 180 km/h por los alpes suizos, llegar a nuestra mansión en las montañas y que nos reciba con una mamada una waifu asiática adolescente, medio desnuda, con ojos azules y pecho talla "copa D". Básicamente viviríamos para conectarnos a la máquina de realidad virtual, nuestra vida fuera del metaverso tendría un único sentido comer, cagar, dormir, y mantener la mínima actividad física necesaria para mantenernos vivos y conectarnos al metaverso.ç
- Barra libre de psicofármacos, drogas inteligentes y marihuana, esto es básico, perentorio, no necesito ni desarrollar.
Por supuesto los neoreaccionarios, neorrancios, la izquierda paleta de siempre y todas las nuevas clerecías progres se opondrán, llorarán y harán todo lo que esté en su mano por arrebatarnos este futuro luminoso, fracasarán, esto no es algo que esté en su mano, ni en la nuestra, ni tan siquiera en la de Elon Musk. Es el Zeitgeist hegeliano avanzando imparable y atroz, como la caballería napoleónica en Austerlitz.
